13 - Llego el parto

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Narra Adrien

Estuve conduciendo hasta que llegué a mi destino. Bajé de mi auto y caminé hasta la puerta. La toqué un par de veces y me abrió Ariana.

— Hola Adrien. — me saludó. — ¿Encontraste algo bueno?

— Pues, si descubrí algo. — suspiré. — En la escena de la desaparición de Eric, me encontré con un hilo de uno de los suéteres favoritos de Marinette.

— ¿En serio? — cuestionó asombrada Sophie llegando de su habitación.

— ¡Arg! ¡Sophie! — le gritó su kwami. — Debes descansar, podrías dar a luz desde ayer y hasta en dos semanas. Estás en esa época donde estás en riesgo.

— Tranquilízate, Ariana. Estaré bien. Además, este bebe no saldrá de aquí hasta que el papá aparezca.

La chica se señaló a su barriga.

— Igual, descuida, Sophie. — mencioné. — Tú quédate y descansa. Yo me haré cargo de Marinette y Eric. — hice una pausa. — Iré como Chat Noir a patrullar.

— No podrás ir solo. — me contradijo la castaña.

— Claro que no lo haré. — se le iluminó la cara. — Y créeme tú menos. — se le borró la sonrisa. — Le pediré ayuda a Rena Rouge, Carapace, Queen Bee, Rey Mono y Bunix. El resto aún no los necesito, cualquier cosa, Ariana le llevará el miraculous.

— ¡No puedes darle el miraculous a Alix! — exclamó la de ojos marrones. — Acaba de dar a luz hace un par de días.

— Cierto... — Sophie sonrió. — Entonces llevaré a Pegaso.

Su cara mostró de vuelta seriedad. Se giró sobre sus pies y se fue caminando a su habitación. Lo último que escuché fue la puerta cerrarse muy fuerte.

— Arg... embarazadas, ¿no? — cuestionó Plagg convirtiéndose en humano.

— Cierra la boca, Plagg. — le contestó Ariana.

— Al menos Marinette no era tan terca. — murmuré y me volví a su kwami. — Cuídala, iré con los héroes para ver que quieren ahora.

— Hecho, Adrien. — me respondió sonriendo.

— ¡Plagg, las garras!























[...]

Narra Sophie

Estaba en mi habitación de mala gana. Habían pasado unas horas. No puedo creer que Adrien no me deje ir con él. Entiendo que tal vez de a luz en cualquier momento. Pero si me dejaran acompañarlo, y no sé estar en un auto para ver que pasa, sería mejor. ¡Pero no! La embarazada se queda en la cama de por vida... o al menos hasta que termine esta cosa.

Lancé un suspiro sonoro, cuando lo lancé los niños se acercaron a mí. Los miré curiosa para ver si necesitaban algo.

— ¿Qué pasa chicos? — me atreví a preguntar.

— Mami... — me llamó Emily. — Emma y Hugo no saben dónde están sus padres; y yo no sé dónde está papá.

Otro suspiro salió de mi boca.

— Verán, niños. — me dirigí a Emma y Hugo. — Sus padres volverán, solo que su padre fue a buscar a su mamá, ¿ok? — ellos asintieron. — Y tu papi, está con los papás de Emma y Hugo, ¿si? Volverán todos, siempre lo hacen.

En Miraculous: El regreso de Tari Donde viven las historias. Descúbrelo ahora