Narra Adrien
Me levanté cuidadosamente sin despertar a Mari. Ella me dijo que duerma con Hugo para así no me molestaba pero le mencioné que no había problema. Así que dormimos como siempre. Aunque en toda la noche, cada tanto se oía el llanto de mi princesa que me hacía un hueco en el corazón y la abrazaba más fuerte.
Ahora está profundamente dormida. Decidí ir a la cocina a preparar el desayuno. Así podía ser más fácil.
— Hola papi. — dijo una voz suave tras mío que estaba en el marco de la puerta de la cocina.
— Hola princesa, ¿cómo estás? — cuestioné agachándome para estar en frente de ella.
— Bien, ¿y mami? La oí llorar ayer. — mencionó preocupada abrazando un peluche de una mariquita.
— Está descansando. — le sonreí.
— ¿Y por qué estaba triste? — cuestionó Hugo entrando.
Al parecer estaba oyendo nuestra conversación. Que metiche, igual que su padre, ósea yo.
— Buen día, campeón.
— Hola Hugo. — saludó su hermana alegre.
— Hola papi, Emma, — se volvió a mí. — ¿Por qué mami estaba triste?
Es testarudo, cuando le aparece una pregunta no va a parar hasta que se la respondan, idéntico a Marinette.
— Solo porque una persona muy querida se fue al cielo. Así que ya está, no podemos hacer nada.
— Pero tú nos llevas en auto, papi. Y vamos al cielo.
Me reí un poco ante la inocencia de mi hija.
— No, princesa. Lo que pasa es que no podemos ir al cielo. Al menos no ahora. Falta mucho tiempo para que vayamos, en especial ustedes.
— ¿Y cuánto sería eso? — cuestionó Hugo.
— Depende, pero no será pronto. Descuiden, ya su mamá estará bien, lo prometo.
— Papá... — murmuró Emma. – ¿La persona que quiere mamá está con la abuela Emilie?
Asentí algo triste. Me sorprendió que recordara que la mencioné hace unos meses en su cumpleaños. Lo recuerdo bien, ahí Mari me apoyó y con mi padre íbamos a hablarle a mamá de vez en cuando. Ahora no lo hago tan seguido por todo el asunto de Tari, el trabajo y mi familia. Pero cuando estoy solo me gusta conversar con ella.
— Si, nena. — la abracé. — Está con la abuela.
Hugo se acercó y le di permiso de que nos abrazara a los dos. Los tres nos quedamos así un rato hasta que alguien interrumpió.
— Awww... que lindos. — dijo una voz femenina.
— Oye, Tikki esto se llama asquerosidad pero si a ti te gusta, puedo aceptarlo. — mencionó Plagg a su lado guiñándole un ojo.
La pelirroja solo río y rodó los ojos.
— ¿Ya desayunaron?
— Aún no, estábamos hablando. Pero... — me giré a los pequeños. — ... ¿qué les parece si van con la tía Tikki?
Ambos niños celebraron y se fueron con la pelirroja, les gusta tenerla aquí, al igual que Plagg.
— Hey, ¿estás bien? — preguntó el ojiverde.
— Si, Plagg. Solo pensaba en Mari, en como estará. Tal vez está llorando ahora mismo y no estoy con ella.
— Descuida, Adrien. — puso su mano en mi hombro. — Ella está bien, te preocupas mucho.
ESTÁS LEYENDO
En Miraculous: El regreso de Tari
FanfictionAquí continúa la historia de "En Miraculous." (Leer primera parte para entender) Eric y Sophie, fans de la famosísima serie "Miraculous las aventuras de Ladybug y Chat Noir", se embarcaran en otras aventuras junto a sus ídolos favoritos: Adrien y...