25 - Otra guerra después de 12 años (1/2)

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Narra Plagg

¿Qué creen que haré? ¿Qué creen que haré? Ayy... no lo saben xdxd. Y no les diré porque... e-emm... ¿por qué no les debo decir?

Narradora: Porque es TOP SECRET hasta que sea el momento indicado.

Bien, bien. No les diré pero involucra mucho mimos de gato. 7u7

En fin, ahora estoy con el ABURRIDO de Adrien en su ABURRIDA oficina junto a su ABURRIDA computadora. Todo aquí es muy ABURRIDO. Y eso obviamente me aburre. Sip, eso.

Me cansé de estar sentado en el sofá enfrente del ABURRIDO escritorio de Adrien.

Narradora: ¡Para con lo de aburrido!

De acuerdo. Me levanté para irme por la puerta pero el rubio me detuvo.

— ¿A dónde vas, Plagg? — cuestionó el muy curioso.

— A donde me lleve la vida.

— En serio, ¿a dónde querías ir?

— Con Tikki, ella no es aburrida, como tú. — le respondí.

— ¡Yo no soy aburrido! — exclamó.

Me acerqué a él y le di unas palmaditas en la espalda.

— Es bueno que creas que no lo eres. — murmuré. — Llama a Marinette si me necesitas.

— Bien.

Se rindió y volvió a su ABURRIDO trabajo.





























[...]

Encontré la oficina de Marinette rápidamente toque las puertas un par de veces. Como no oí respuesta volví a tocar y me respondieron con un "pase".

— Hola Plagg. — saludó la azabache. — ¿Pasa algo?

— No, Mari. Solo quería ver a Tikki.

— S-si... e-ehmm... ¿cómo te digo esto? Ella no puede estar en la oficina como humana, es muy arriesgado. Así que le dije que se transformara en un gato. Está ahí.

Señaló con su dedo una ventana que tenía un espacio aceptable para que una gata pelirroja como ella entrara ahí.

Sonreí de lado, le guiñé el ojo a Marinette y me transformé en un felino gato negro.

Me acerqué sigilosamente a ella. Y la abracé por detrás.

— ¿Qué te ocurre que últimamente estás muy de gato, gatita? — pregunté divertido.

— No te ilusiones. — rodó los ojos. — Solo estoy así porque Mari me lo pidió.

— Sabes no es mi culpa si pronto hay gatitos en la casa. Con  ese cuerpo que tienes, ¿qué más esperas?

Se sonrojó y me puso su pata en mi cara.

— No, no, no, señor. Aunque nos podamos tocar, no lo haremos ahora.

— ¿Sabes cuantas veces los humanos tuvieron bebés porque nueve meses antes lo hicieron en una oficina? — cuestioné con una sonrisa pícara.

— Si, claro.— mencionó sarcástica. — Dime algún conocido que lo haya hecho en una oficina.

— ¿Aún no recuerdas cuando Adrien y Marinette lo hicieron justo en esta oficina hace como cuatro años?

— No lo recuer-... — paró al pensar más en el tema y se sonrojó. — ¡Ay! ¡Eres un asqueroso! ¿Cuál es tu problema?

En Miraculous: El regreso de Tari Donde viven las historias. Descúbrelo ahora