7 - Villanos a la vista

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Narra Eric.

Me desperté con Sophie en mis brazos. No quería despertarla, ya tiene cinco meses. Es increíble como pasa el tiempo. Aunque estos últimos dos meses estuvimos vigilando, obvio. Sophie se transformaba y venía con nosotros las primeras veces. Pero después de un tiempo, entendió que no debe arriesgarse. Es tan testaruda, y eso amo de ella.

Me levanté sin despertarla. ¡Hoy es domingo! Podría seguir durmiendo con el amor de mi vida. Pero no puedo, debo preguntarles a Mari y a Adrien a qué hora vamos a patrullar.

Caminé por el pasillo distinguiendo la habitación de mi hija. No sé porque pero la abrí encontrándome con ella abrazando a... ¡¿Hugo?! ¿El Adrinette sabe de esto?

Me acerqué lentamente, moví a Hugo que era el que no vivía aquí. Mas solo se removió apretando más a Emily. Eso me hizo sentir ternura y a la vez celos.

Tomé a Hugo en mis brazos, y le di a Emily su oso favorito para que abrazara. El pequeño azabache seguía durmiendo, aunque le deberé preguntar que está haciendo aquí. Lo moví un poco y abrió sus ojos verdes esmeraldas.

— Mmhm... — bostezó. — ¿Qué hora es?

— Son las 10 de la mañana, Hugo. ¿Qué haces en mi casa? ¿Y tus padres?

— Ohh... eso. — suspiró. — Verás, ayer me peleé con Emma por mi juguete favorito, entonces tomé esto y Emily me recibió. — mencionó mostrándome el miraculous de la tortuga.

Rápidamente lo tomé en mis manos.

— ¿De dónde lo sacaste? — le cuestioné.

— De una caja de joyería de mamá. Quería ponerme una joya para que Emma esté celosa que mami me presta más cosas que a ella.
'Pero sin querer jugué un poco y dije "Transformación" y me apareció un traje color verde súper cool. — al decir la palabra otra vez apareció el hijo de mis ídolos con un traje de tortuga, creo que le queda. — Pero tenía miedo que mamá y papá me atraparan, así que me vine aquí. Aunque ellos estaban durmiendo cuando me fui.
'Emily me recibió en su habitación y nos quedamos dormidos. Lo lamento, sé que debí llamarte a ti o a la tía Sophie, es que cuando nos asomamos ya estaban dormidos. No queríamos molestarlos. — terminó de contar cabizbajo.

Solo lo abracé y él me correspondió.

— Está bien, Hugo. Te perdono por todo lo que hiciste. — le sonreí y me separé. — Pero... ¿qué te parece si vamos a casa? Te llevará el gran King Falcon. — dije haciendo una pose diva.

El azabache se río ante mi acción.

— Me encantaría. — hizo señas de querer subirse a mi espalda y eso hice.

Lo subí, me transformé y nos dirigimos a su hogar. Los niños ya saben quienes somos, aunque al principio parecía ser mala esta idea, decidimos que es lo mejor. En especial por este tipo de situaciones. Aunque, en este caso, Hugo no sabía que Marinette es la guardiana de los miraculous.

Llegué al techo de la mansión Agreste, bajé por una de las paredes y arribé a la habitación del ojiverde. Lo dejé en su cuarto, él me invitó a desayunar pero me negué para volver a casa.

En mi vuelta a casa, decidí patrullar un poco. Como no había peligro, me volví y aterricé en la sala. Fly salió de mi miraculous.

— Oye, ¿crees que ellas volverán? — le cuestioné a Fly.

— Tal vez. Noroo fue robado de nuevo, no lo harán para quedarse calladas y quietas.

— Tienes un punto. — le indiqué.

En Miraculous: El regreso de Tari Donde viven las historias. Descúbrelo ahora