Golpes.

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Entra en la piel de esa persona. Siente que lo sintió ella en ese momento.

El miedo

Estrés

Estaba en el aire.

Su corazón latía.

El humo del cigarrillo estaba en el aire de su cuarto. Ella sabía que algo pasaría. Que ese algo no era correcto.

Pero el miedo la congeló. No pudo moverse.

Sintió el miedo recorrer su espina dorsal. Su corazón. Su cerebro.

Luego sintió manos recorrer su cuerpo. Su cuello.
Tapó su boca, ella abrió sus ojos asustada.

Déjame....

─Quédate quieta. No abras la boca. Y todo irá bien.

Cómo la abrazó y cómo la tocaba simplemente le daba asco. Sintió sus manos tocar sus senos recién crecidos. Cómo le arranco la ropa.

Ella solo supo que eso no estaba bien. Empezó a intentar empujarlo, alejarlo. Pero el impedía que se moviera.
Ella pataleó, empujó con su cuerpo.

Solo aléjate.. Déjame.

Él la agarró por su cuello, la miró con sus ojos llenos de locura.

─Si haces otro intento de escape, primero mataré a todos los que te importan y luego simplemente te mataré.

Quisiera decirte que eso quedó ahí.

Pero no. Esa tortura mental solo iba de mal en peor.

Luego fue físico.

Ella empezó a perder peso. Tenía miedo permanente en sus ojos.

Él entraba a su cuarto y cada vez llevaba una parte más de su inocencia.

Alex veía que ella simplemente se derretía y no sabía qué hacer. Ella era todo lo que él tenia y simplemente no sabía que le pasaba.
Supongo que ella simplemente no se dio cuenta de que preocupaba a Alex y tampoco vio que él puso cámaras por toda la casa.

Ella aún desea que eso no hubiera pasado. Todo fue muy rápido.

Como todas las noches él vino a su cuarto. Pero más enojado de lo normal. Fue muy violento. La amarró y la golpeó en puntos exactos donde no se notaría al menos que esté desnuda.

─¡Deja de caminar así! Solo haces que Alex sospeche. Si se da cuenta simplemente lo mataré linda. ¿Entiendes?

De repente Mario vio la luz pequeña roja. Quedó congelado. Supo de que trataba en seguida. Y supo que Alex no tardaría en llegar. Y simplemente ciego de la rabia la culpo a ella.

Empezó a golpearla y luego sacó su arma...

La puerta se abrió.

Alex la vio. Sufrió por ella. Y supo que simplemente era el fin.

Se escuchó dos disparos.

Y se cayeron dos cuerpos.

Te quiero.

No me dejes.

El olvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora