-No deberías pensar así, sabes que en el fondo eres muy lista -me dijo Margaret, mi tutora del orfanato- y las dos lo sabemos.
-Pero es que no me entra, nunca he entendido las mates y nunca las entenderé, me rindo -dije mientras me levantaba de mi pupitre, pero antes de eso Margaret me cogió del hombro e hizo que me sentara de nuevo.
-Hazel, no te des por vencido, si no lo entiendes te lo vuelvo a explicar, pero jamás te des por vencido.
Margaret es la persona que ha estado conmigo desde el primer día que vine al orfanato hace ya casi 18 años.
La verdad es que casi siempre pienso en mi madre, ¿cómo estará?, ¿se acordará de mí?, ¿habrá superado lo que sucedió?
A mí ya me habían contado la historia, a mi madre la violaron con 14 años y no podía cuidarme ni tenerme, así que mientras estaba embarazada de mi se escapó. A los 3 días de nacer me trajo aquí en una cesta de miembre, le explicó a la directora su situación y Doña Julieta -la directora del orfanato- la entendió y aceptó quedarse conmigo.
Mi infancia fue normal. Al no ser la única chica del orfanato tenía amigas, pero siempre me he llevado mejor con los chicos. Creo que se debe a que la mayoría de niños que están aquí son chicos. Quizás del 100% de las personas que viven bajo este techo, solo el 30% son chicas, sin contar a las profesoras y a la directora.
Mi mejor amigo se llama Asher, nació unas semanas antes que yo, pero sus padres lo abandonaron a los 2 años. Según lo que le han dicho a él, sus padres estaban enganchados a la heroína, y al no poder pagarse la adición se mudaron a otro pueblo para empezar de nuevo, pero por el camino se les olvidó que tenían a una criatura de 2 años, y como los buenos padres que eran -que se note en sarcasmo- decidieron dejarlo aquí. Bueno más bien lo dejaron en una casa llena de drogadictos y de borrachos, y cuando la policía fue a esa casa medio destartalada para comprobar que en ella no se plantaba ninguna planta ilegal se dieron cuenta de que dentro de la única habitación con puerta había un bebé. Los policías de dieron cuenta por que empezó a llorar. La verdad es que no se sabe exactamente cuánto tiempo estuvo ahí solo, pero dijeron que llevaba días.
Aún recuerdo que cuando teníamos unos 6 años mientras dábamos el paseo matutino que damos todos los días para que nos dé un poco el aire, Asher vio en una de las basuras a un cachorro de unos 3 meses, entonces cuando una de las profesoras, la que estaba más cerca de nosotros, se giró para ir a ver que le había pasado a uno de los compañeros en la parte de atrás, me escabullí entre la multitud para cogerlo y llevarlo al orfanato.
Al perrito le pusimos de nombre Cerbero. Sí, como el perro de tres cabezas del infierno. La verdad es que leí un libro de la mitología griega, y el nombre me gustó, no preguntes por qué.
A los tres meses doña Margaret se enteró de que teníamos una mascota y desgraciadamente lo tuvo que llevar a la protectora de animales ya que estaban prohibidos los animales. No se lo dijo a doña Julieta, pero igualmente nos castigó.
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Atrapada en mi mente
FantasyUna huérfana. Unas personas que aparecen de repente. Unos sucesos extraños. Un misterio relacionado. Sentimientos encontrados. Locura Más de un amor. Un final explosivo. ¿Se sabrá el secreto que envuelve el mundo de nuestra querida Hazel Ajax? Empe...