Te Amaré Por Toda Mi Vida

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Valentina evitó moverse cuando despertó. Sus ojos se mantuvieron cerrados, nunca eran útiles abiertos, pero mantenerlos así ahora parecía una forma de apreciar lo que estaba a su alrededor, parecía afilar aún más sus sentidos. El cuerpo desnudo de Juliana estaba junto al suyo. Ellas eran tan solo dos personas en una. Sus cuerpos tal y como vinieron al mundo, cubiertos tan solo por una fina y suave manta. Valentina sintió el olor que emanaba la piel de Juliana. Resistió a la tentación de hundirse en su cuello como si pudiese nadar en su esencia.

-No estás dormida.

Valentina se asustó al escuchar la voz suave y ronca de Juliana. Las palabras saliendo más ásperas que lo normal, lo que la hizo deducir que ella también había acabado de despertar.

La chica soltó una pequeña sonrisa y se acogió aún más en Juliana, quien soltó un gruñido de satisfacción y acarició sus cabellos.

-Abre los ojos, Val. Me parece maravilloso ahogarme en ellos por la mañana. -Pidió Juliana en un tono bajo.

Valentina abrió los ojos lentamente y se inclinó ofreciéndole sus labios, los que Juliana rozó sin pensarlo. Observó el mar color azul frente a ella. Ojos por los cuales pretendía vivir de ahora en adelante.

-¿Qué hora es? -Preguntó Valentina.

Ella sintió a Juliana moverse, los cuerpos separándose por un segundo, tan solo para satisfacerse con un nuevo contacto.

-Las seis de la mañana, Val. -Respondió.

Valentina sonrió una vez más y acarició el abdomen desnudo de la chica a su lado, sus dedos subiendo hacia la curva de los pechos. Ella la sintió tensarse, su piel erizándose ligeramente.

Juliana se inclinó y la besó. Un beso tranquilo y apreciativo, un beso apasionado que hizo a la mayor suspirar en sus labios.

Juliana regresó el gesto.

-Te amaré por toda mi vida. -Susurró Valentina.

-Y yo estaré ahí para retribuir ese amor. -Respondió Juliana en el mismo tono.

La morena volvió a recostar la cabeza de Valentina en su pecho, su cabello haciéndole cosquillas en la nariz.

-Todo fue tan rápido, ¿no? -Preguntó Valentina frunciendo el ceño. Sintió a Juliana tensionarse debajo de ella.

-¿Te arrepientes? ¿Hice algo mal? -Preguntó Juliana.

Valentina sonrió contra su pecho.

-No, fuiste increíble. ¿Estás consiente de que nunca hice esto antes?

Fue la vez de Juliana de sonreír.

-No. Tú eres muy receptiva, ¿sabías? Y solamente fui viendo y siguiendo tu reacción, y llegó a un punto en el que ya estaba descontrolada. No sé explicarlo. - Juliana besó la frente de Valentina.- Solamente tenía unas ganas insanas de devorarte. -Terminó en un tono de juego.

Valentina rió y después besó el cuello de Juliana cariñosamente.

-Podríamos hacerlo de nuevo. -Insinuó ella.

Juliana sonrió.

-No, no podemos, escuché ruidos allá afuera, creo que tu mamá despertó y tengo que irme. -Explicó Juliana con pesar.

Valentina se quejó y se acogió aún más a la chica.

-Ni siquiera hemos hablado sobre tu oportunidad y esto se siente tan bien. No puedes irte ahora.

-Tengo qué, lo siento mucho. Tengo una gran discusión que enfrentar. -Argumentó Juliana.

Valentina hizo un puchero. Algo a lo que Sebastián había aprendido a ser inmune con el pasar de los años. Esperaba que eso todavía fuera una nueva jugada para Juliana.

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