Capitulo 16: Hemos hecho el amor.

6.5K 501 47
                                    

NARRA SINGTO.

Al mirar a los ojos a Krist el solo los cerro mientras asentía y sin pensarlo mas uní nuestras bocas, un beso lento y tranquilo, sin prisa, la noche era larga y sabía que Nin iba a dormir de un tirón. 

Mientras me centraba en besar los labios que tanto me llamaban, poco a poco mis manos fueron bajando asta el borde de su camisa, quería tocarlo, quería tocar cada parte del, pero no quería que se asustara, así que lentamente empece a dejar pequeñas caricias a su costado, mientras el subía sus manos asta mi nuca donde las entrelazo, eso me gusto. El beso fue subiendo de intensidad al mismo ritmo que mis caricias aumentaba, sus manos habían descendido hasta llegar al borde de mi camisa, mientras que había abierto mas las piernas para acomodarnos mejor, mis manos ahora se encontraban mucho mas arriba pero sin quitarle la camisa, pero cuando toque su pequeño pezón izquierdo un jadeo profundo escapo de su garganta, el cual fue directo a mi parte baja, mientras el se aferraba a mi camisa fuertemente, hacía unos minutos que había abandonado su boca para dejar un rastro de besos por su clavicular expuesta, su camisa empezaba a molestarme por lo que sin querer separarme de el deje un ultimo beso en su cuello y volvía a centrar mi mirada con la suya, no quería hacer nada que el no quisiese, no quería hacerle sentir mal, todo lo contrario, quería quitar de su mente el recuerdo de mi primo tocándolo, quería hacerle olvidar todo por un instante, solo quería que pensase en el y en mi por egoísta que pareciese, por lo que dando un pequeño tirón a su camisa para que lo entendiese el asintió y con su ayuda envié su camisa lejos, dejando su pecho expuesto el cual me dejo sin palabras, aquel día en casa no había tenido el tiempo de mirar detenidamente, pero ahora, ahora que lo veía hacía que todo mi cuerpo temblase, como podía ser tan hermoso, su pequeño pecho era una tentación con todas las palabras y sin esperar mas empece a descender por su cuello en dirección a sus pequeños pechos  los cuales estaban pidiendo a gritos ser tocados y besados, mi boca no tardo en llegar a ellos donde empece a repartir besos por todos ellos mientras estimulaba sus pezones con mi mano libre mientras daba pequeñas caricias por todo su abdomen y sobre la linea de su pantalón el cual podía ver como un bulto  empezaba a formarse bajo su pantalón, mi boca poco a poco fue llegando asta su pezón, el cual mordí suavemente lo que hizo que Krist arqueara la espalda. 

Mis besos y caricias sobre esa parte continuaron durante un buen rato mientras escuchaba los pequeños jadeos de Krist y sus constantes tirones de pelo, lo que estaba haciendo que mi entrepierna empezase a dolor. cuando note que estaban lo bastante estimulados continué mi camino en dirección a sus pantalones, en los cuales ya se podía a preciar una pequeña marca húmeda de la excitación, lo que hizo que me sintiese orgulloso ya que no estaba haciendo mal mi trabajo. 

cuando mi boca llego al limite entre los pantalones y su cadera alce la mirada para encontrar los ojos de Krist completamente cristalinos indicando que estaba apunto de llorar, por lo que decidí parar, no debía de haber intentado nada, la atmósfera estaba siendo perfecta y yo lo había arruinado, así que deje lo que estaba haciendo y decidí apartarme pero antes de que pudiese hacerlo Krist me detuvo. 

-NO...ahh....No te detengas....Por...por favor... Dijo mientras intentaba detener las lagrimas que amenazaban en salir. 

-Pero Krist.....

-Solo...Solo hazlo... no quiero recordar a S....

Pero antes de que dijese su maldito nombre bese sus labios, lo bese para demostrarle que no iba a ser como mi primo, que no iba a dejar que alguien le hiciese daño. Poco a poco fui separándonos y mirándole a los ojos empece a bajar sus pantalones al mismo tiempo que sus boxers. 

-Kit si quieres que pare este es el momento, no creo que sea capaz de detenerme una vez empece. Dije mientras intentaba controlarme. 

-No...Por...favor...No..no pares.... Dijo mientras dejaba caer su cuerpo de nuevo sobre la manta que hacía un rato nos tapaba a los dos. 

HASTA QUE EL CONTRATO NOS SEPARE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora