Parte 2

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Y bueno, ese pequeño grupo son mis amigos, por cierto, mi nombre es Romina Vallejo, tengo 22 años y estoy por terminar mi carrera en psicología, tengo mi cabello rizado y obscuro, ojos cafés claro, piel blanca, no tengo un cuerpo de impacto, pero, no estoy mal tampoco. Vivo con mis padres, mi mamá se llama Sandra y mi papá Andrés, tengo un hermano mayor llamado Rodrigo, él ya es papa casada y vive con su esposa Dayana, están a punto de ser papás y yo muy emocionada de ser tía.

Comenzó nuestra primera clase del día, todo normal, lo de siempre, presentaciones y temas que veremos en clase, la segunda clase igual, hasta que llego la tercera clase y la miré entrar por la puerta del salón, me perdí por completo en ella, su cabello negro y largo, alta, unos labios muy lindos, sus ojos cafés obscuro y su piel blanca, no la perdí de vista has que se sentó... ¿en el escritorio? Me quede un poco confundida por lo que acababa de pasar, o sea, ¿ella sería nuestra maestra? Rafael me miro con una cara divertida, creo que se dio cuenta de como la mire cunado entro.

-Buenos días, chicos, soy su maestra Mariana y estaremos viendo la materia de teoría de la personalidad, espero que sea un curso agradable tanto para ustedes como para mí, es la primera vez que imparto un curso en esta universidad, así que ahorita todo es nuevo para mí, ¿les molesta si nos presentamos? – como en las clases anteriores todos nos presentamos y ella comenzó a explicar un poco de la clase hasta que se terminó.

Salimos y teníamos un pequeño descanso para ir a almorzar algo, así que nos dirigimos a la cafetería mientras platicábamos.

-Me dio un poquito de miedo la maestra Mariana, ¿a ustedes no? – Pregunto Manuel

- No, solo se ve que es un poco seria, pero pregúntale a Romina- Dijo Rafa divertido.

- ¿Qué? No sé de que estas hablando rafa- dije haciéndome la desentendida.

- ¿Tu también lo notaste rafa? Pensé que había sido la única- Agrego Regina y se rio.

- ¿De que me perdí? – pregunto Manuel

- De que a Romina le gusto la maestra Mariana - dijo Carlos

- Fui el único despistado que no se dio cuenta- volvió a hablar Manuel.

- ¿Pero es que no la vieron? Es tan linda, pero a la vez tan elegante y aghh no lo sé, ¿Cómo es que puede ser nuestra maestra? – Les dije a los cuatro.

- Vaya que te gusto, pero tranquila, lo bueno es que la veras 3 días a la semana – Dijo rafa.

Llegamos a la cafetería y el almuerzo transcurrió tranquilo al igual que las siguientes clases y así se terminó nuestro primer día de clases, todos regresamos a nuestras respectivas casas.

La MaestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora