Parte 7

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Llegaron mis papás y detrás de ellos venia Rodrigo y Dayana, con su hermosa pancita, tenia tantas ganas de ser tía.

- ¡Hola! ¿Cómo esta mi sobrino hermoso? – Pregunte emocionada.

-Cada día creciendo más- Me respondió Dayana, se notaba su felicidad al hablar de su bebé.

-SÍ ahorita me ignoras así, no quiero imaginarme cuando nazca- Me reprocho Rodrigo.

-Contigo ya pasé mucho tiempo, ahora hay que darle la atención a él o ella, aparte sabes que te quiero hermanito precioso-Le respondí y lo abracé.

Preparamos todo para la comida y nos estuvimos poniendo al día, hasta que escuchamos que sonó el timbre de la casa y mi hermano fue a abrir porque eran sus amigos que ya habían llegado, pensé que serian sus amigos de siempre, pero me lleve la sorpresa de que no era así, entro una pareja y detrás de ellos entro ¿Mariana? ¿Cómo es que conocía a mi hermano? Me quede sorprendida y creo que ella también al verme, pero lo supo disimular mas que yo.

-Familia, les presento a Adriana, Santiago y ¿Mariana? -Era seguro que mi hermano no conocía a Mariana, no olvida el nombre de sus amigos -Es hermana de Santiago, los conocimos en una visita al medico y ahora somos buenos amigos.

-Mucho gusto, bienvenidos a su casa, soy Sandra, mamá de Rodrigo y Romina-dijo mi mamá presentándome.

- Y yo soy Andrés, su papá, pero tomen asiento, ya casi esta la comida.

Mi papá se quedó con ellos platicando en el comedor, mientras yo me fui a la cocina con mi mamá y Dayana para ayudarles con lo que faltaba.

-Oye Romina, ¿todo bien en el comedor? Te note un poco tensa-Pregunto Dayana.

-Es cierto, yo también lo note - Continuo mi mamá

-Todo bien, solamente que es muy raro que tu maestra se presente en tu casa – les conteste.

- ¿Mariana es tu maestra? Santiago nos había comentado que estaba dando clases en la universidad, pero no pensamos que fuera tu maestra, perdón si te causamos alguna incomodidad, no era nuestra intención – dijo Dayana un poco preocupada.

-No te preocupes Dayana, todo esta bien, no me molesta, solo me tomo de sorpresa, ustedes tampoco lo sabían – terminamos la conversación y llevamos todo al comedor para comenzar a comer; mientras comíamos, sentía mucho la mirada de Mariana sobre mí, no sé si mi mamá lo notaría, pero comenzó el tema de conversación sobre la maestra.

- Mariana, Romina nos conto que eres su maestra en la universidad – le comento mi mamá.

- Si, así es, es mi primer año dando clases en esa universidad, apenas estoy agarrando el ritmo.

- Y cuéntanos, ¿Qué tal va Romi? Sé que ya esta grande para preguntar eso, pero nunca está de más saber como van sus hijos en la escuela – Le dijo mi papá y ella solo se rio.

- Es muy pronto para decirle como va, solo a pasado una semana, pero le puedo decir que eh notado que es una muchacha muy atenta – dicho eso volteó a verme y yo solo pude pensar si se refería ¿qué era atenta a la clase o a mirar a la maestra?

- Bueno, pues cualquier cosa aquí tiene su casa maestra – le dijo mi mamá

- Muchas gracias, pero díganme, Mariana, que estamos en confianza – le contestó Mariana y terminamos de comer, todos salieron al patio a seguir con su charla, yo no tenia muchas ganas de estar ahí, así que me quedé lavando los trastes hasta que sentí que alguien me observaba desde el marco de la puerta así que me di media vuelta y me sorprendí al ver que era Mariana.

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