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Día a día SeokJin se ponía más celoso, NamJoon ya no estaba en casa tanto tiempo, se pasaba todo el tiempo hablando de lo maravilloso que era JiMin y estaba muy cansado de que su pareja fuera así no podía creer que YoonGi realmente dejaría que NamJoon los pintara de forma tan vulgar.

Pero ahí estaba él, acompañando al idiota de su novio a la casa de YoonGi, era de noche, las estrellas estaban por todo el cielo oscuro, acompañado de una hermosa luna llena, con pequeñas y blancas nubes decorando el cielo.

La noche era fría y había algo de viento, los árboles de cerezo dejaban que el suave contoneo de sus ramas dejase desprender sus hermosas flores, decorando así las calles con las características tonalidades.

El carruaje se detuvo y ambos hombres bajaron, NamJoon se giró y dejó un beso en la mejilla de Jin. - ¿Sigues celoso? - Preguntó al notar como el contrario retrocedía ante su tacto.

- ¿Tu qué crees idiota?, pero ve y pinta a tu musa y a mi déjame en paz. - Jin ingreso en la casa contoneando sus caderas, hasta la sala, donde pidió un té de manzanilla y un par de bocadillos, al menos comería mientras el otro pintaba a esos dos.

NamJoon se resignó, tendría que lidiar con Jin enojado unos días más, mientras su sorpresa estaba concluida.

Sin más el Moreno avanzó por la casa, hasta la habitación indicada, donde estaba YoonGi sentando en la cama mientras bebía una copa de vino, quien miró al más alto con una sonrisa ladina. - ¿Como mierda me convenciste de esto? - Preguntó el pelinegro viendo cómo el Moreno se instalaba en el lugar y prepara lo necesario para iniciar.

- No lo sé, creo que fue Jin, no yo. - Asegura mezclando las pinturas para crear los tonos que implementaría en su obra. - ¿dónde está JiMin? - Cuestionó cuando ya todo estaba listo.

- Debe estar mentalizándose en el baño. - Comunicó el mayor levantándose de la cama. - Iré por él - Agregó saliendo de la habitación, mientras que NamJoon iniciaba con un pequeño boceto del fondo de la habitación.

YoonGi camino por su casa hasta uno de los baños, entrando sin golpear viendo cómo JiMin estaba terminando de vestirse. - ¿Estas listo? - Él se acercaba para abrazarlo por la espalda.

JiMin estaba pensando seriamente en negarse y decir que ya no quería, pero simplemente pensó en que NamJoon se sentiría mal por jugar con sus ilusiones, ya lo consideraba su amigo así que no deseaba defraudarlo.

- Estoy algo nervioso, no siento que sea muy apropiado mostrar todos nuestros cuerpos desnudos. - Dijo suavemente mientras giraba entre los fuertes brazos que lo rodeaban. -

Podemos buscar un posición cómoda para posar y que no te sientas tan expuesto. - Le sugirió.

- Que tal si te haces de espalda y me miras de perfil. - Recomendó Min, comenzando a llevar al castaño a la habitación.

- Puede ser, Solo tendré descubierta la espalda, no será tan vergonzoso. - Finalizó entrando en el lugar saludando a NamJoon.

Ambos chicos se acomodaron en la cama, YoonGi estaba arrodillado con sus piernas abiertas, lugar donde estaba posicionado el castaño también arrodillado, quien estaba de espalda y mirando de perfil al pelinegro, ambos dejaron caer la fina seda que cubría la parte superior de sus cuerpos, quedando atrapada en sus caderas, dando una viva imagen llena de lujuria, pero a la vez enternecedora ante los ojos del artista, pero como cereza del pastel, YoonGi colocó su mano en la mejilla derecha del menor, acunando su rostro con ternura.

NamJoon estaba fascinado, ante lo natural que se veían, estaba dibujando el boceto tan rápido como podía, las miles de sensaciones que ellos se transmitían con la mirada, la tensión sexual se sentía en el aire haciendo de la pintura el punto focal de la atención de Nam, más la pareja está inmersa en su pequeña burbuja donde solo existían ellos dos.

Min y Park no entendían como habían durado horas en tan incómoda posición, pero los resultados fueron satisfactorios, Kim les comunicó que en unos días les traería la pintura completamente terminada, deseaba agregar detalles.

Después de que la pareja se fue, los protagonistas de tal obra de arte volvieron a su habitación, tumbándose sobre la cama, abrazados.

- Me duelen las piernas. - Se quejó JiMin cuando sintió que el mayor los cubría con una sábana.

- Lo sé, a mí también me duelen. - Le dijo el pelinegro dejando un beso en su mejilla. - Ahora descansemos un poco. - pidió, acomodándose junto a su amado.

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Estamos en la recta final mis crabs.

VESUBIO: UN AMOR SEPULTADO © ANÁNKE #2 YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora