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HoSeok le dijo al senador principal que el lunes tenían una junta con todo el senado, pero que tenía el fin de semana libre y que descansara, ya que sabía lo pesada que estaba Jennie con eso de celarlo, así que le sugirió que se fuera con JiMin a su casa en el campo para que pasaran un ameno fin de semana, así llegaría concentrado y lleno de energía a la reunión.

YoonGi había aceptado la idea de inmediato, también le había dicho que se relajara un poco.

En estos momento JiMin y YoonGi van de vuelta a aquella linda casa que estaba lejos de la ciudad, estaba a las afuera de la ciudad, en dirección contraria al Vesubio, al llegar el cielo estaba un poco más despejado, pero aun así se veía algo oscuro.

Entraron a la casa, Min traía consigo el cuadro, llevándolo a la habitación principal, colgándolo sobre la cama. - Lo veremos siempre que vengamos. - Musitó con un sonrisa para dejar un beso en la mejilla del menor.

- NamJoon hizo maravillo nuestro retrato, no puedo creer que nos veamos tan intensos y sensuales, pero a la vez me da una sensación de paz inexplicable. - Desde que vio en cuadro por primera vez no había dejado de imaginar que ambos estaban destinados, se complementaban muy bien, su relación a pesar de ser rara era muy equilibrada, le gustaba la paz y confianza que le transmitía al pelinegro.

- Simplemente así es nuestra relación, nada complicada, solo fluye. - YoonGi estaba mirando al menor mientras este veía el cuadro.

La última vez que vinieron, ambos lloraron por un cuadro que los había llenado de angustia, de dolor y de miedo, pero ahora estaban observando un pintura que solo les hacía sentir paz, tranquilidad y sensualidad, el ambiente era cómodo muy diferente a ese día.

Ambos salieron a dar un paseo cerca del arroyo, están tomados de las manos, mientras observaba el lindo paisaje bajo la luz de la luna.

- Esto es precioso. - Comentó JiMin, a lo que el contrario asintió, estaba de acuerdo con su acompañante, llevaba años sin sentir tanta paz en su ser, lo que era maravilloso.

Caminaron un poco más y finalmente volvieron a la casa, JiMin fue por una botella de vino y dos copas, estaba dispuesto a desfallecer por causa del alcohol esta noche.

YoonGi estaba entretenido viendo como el chico bailaba mientras tarareaba cosas sin sentido.

Park movía sus caderas suavemente, sabiendo que Min lo observaba fijamente, estaba algo borracho y caliente, quería... no, él necesitaba que YoonGi lo follara.

Poco a poco se acercó a la cama, montándose sobre el regazo del mayor con una sonrisa traviesa. - Hyung, ¿porque no baila conmigo? - El solo movía sin cesar en círculos sus caderas sobre la pelvis del mayor, quien estaba acostado.

- No sé bailar. - Respondió el hombre mientras paseaba sus manos por los muslos del menor, quien seguía con el suave contoneo.

- Pero si sabe moverse muy bien en la cama Hyung... - Se inclinó sobre el pelinegro, para rozar sus labios. - ¿cómo puede decirme que no sabe bailar? - concluyo antes de finalmente besar los finos labios del mayor.

Lentamente ambos fueron despojándose de sus prendas, tirándolas en alguna parte de la habitación, para así sus pieles se tocarán suavemente.

El contoneo de caderas era tan intenso, al instante el miembro del mayor empieza a ponerse duro bajo el firme trasero, rozando su entrada con aquel falo.

- JiMin - soltó un pequeño y ronco jadeo, cuando de a poco sintió como el pequeño castaño hacía que su miembro se insertará en su estrecha entrada, ingresando lentamente debido a la falta de lubricación, Park tenía sus labios entreabiertos y sus ojos cerrados ante el pequeño dolor punzante en su trasero, y es que por desesperado no dejo que el mayor lo lubricara y lo dilatara primero.

VESUBIO: UN AMOR SEPULTADO © ANÁNKE #2 YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora