34.

285 43 1
                                    

Fátima había muerto ese día de Sandoval, pero Zulema sabía que era su culpa y nunca lo perdonaría. Pero ese día, la rubia había regresado del hospital como si Alá quisiera llenar el vacío de la mora con un poco de la felicidad que la rubia la hizo sentir.

Era tarde en la noche y Zulema estaba llorando silenciosamente volteada hacia la pared cuando de repente siente un cuerpo cálido que la abraza y reconoce con fuerza el aroma de Macarena.

Zulema dice con voz quebrada: ¿Qué haces rubia?

Macarena: Te estoy abrazando y no te quedes porque lo necesitas Zulema.

Zulema: Te extrañé. ¿Por qué no peleaste? Ha sido difícil todo este tiempo, han pasado muchas cosas, pero siempre sentí un vacío por dentro porque te faltaban. Y ahora esto.

Macarena: ¿Qué dices?

Zulema: Te digo que, a pesar de todo, siento algo por ti y no quiero matarte, y es lo mismo para ti, de lo contrario no me estarías abrazando ahora.

Macarena: Ven conmigo mañana.

Zulema se da vuelta y mira a la rubia mientras sus lágrimas se detienen.

Zulema: No puedo, tengo que vengarme.

Macarena: ¡Zule solo irá en tu detrimento! Ven conmigo, a Fátima le gustaría, te prometo que seremos libres.

La morena comienza a reír pero la rubia la detiene tomando su rostro entre las manos.

Macarena: Lo digo en serio, ven conmigo.

En este momento, la mirada de Macarena es seria mientras Zulema se relaja en los brazos de la rubia bajo su atenta mirada.

Macarena: Di algo, Zule.

Después de eso, la morena se acerca a la rubia y la besa, un beso que dura unos segundos pero que significa mucho para ambos, y luego susurra en sus labios: ¿Cuál es el plan?

Citas Incorrectas (ZURENA💛)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora