XIII

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- Hiciste muy bien, amiga. Tenías que parar esto de una vez por todas. - decía Emma mientras caminábamos directo para el colegio.

- Si. Pero no sé por qué me siento así, anoche cuando se fue me puse a llorar.

- Es obvio que te vas a poner así, Mía. Él te quitó algo muy importante para ti, eso es algo que no se olvida, por esa razón "nuestra primera vez" tiene que ser especial y con la persona que le tengamos confianza y te sientas bien.

- Si, creo que tienes razón.

- ¿Por qué no sales con Richard? - capaz sea buena idea para poder olvidarme de lo que siento por Chris.

- Está bien, lo haré.

(...)

- ¡Hola! - Le sonreí y me senté a su lado.

- Hola, Mía. - Sonrió. - ¿Qué haces por aquí?

- Estuve pensando en la propuesta de la otra vez. - tomé su mano. - ¿Que te parece si salimos después de la escuela?

- Me parece muy bien. - le di un beso en la mejilla y me fui.

(...)

- Bien, me gustaría ver cómo andan en mí materia. Por eso voy a hacer parejas de a dos más o menos con el mismo promedio, no me gustaría que estén un alumno de promedio 5 con uno de promedio 10. Quiero ver cómo trabajan. - Decía Christopher mientras caminaba de un lado a otro. - Bueno. Las parejas las voy a decir ahora, no voy a volver a repetir los nombres, si no escucharon no es mí problema.
- Las parejas son. - puso su vista en su cuadernillo y empezó a hablar.
Dijo todas las parejas pero a mí no me nombró.

- Disculpe, profesor. - levanté la mano. - A mí no me nombró.

- Usted, alumna, va a estar conmigo, me gustaría ver cómo se maneja con mí materia, así que venga aquí.

¿Que? ¿Pero que tiene en la cabeza? Yo no voy a hacer ese estúpido trabajo con él.

- ¿Por qué tendría que hacerlo con usted? - Me crucé de brazos.

- Por que usted tiene el mejor promedio en este curso, entonces me gustaría que trabajara conmigo, y ver cómo trabaja. - Asentí y me dirigí a dónde él estaba.

- De igual manera me sigue pareciendo mala idea trabajar con usted, pero está bien.

- Mía, ¿Pensaste bien en lo que hablamos? Capaz estabas cansada y no sabías lo que estabas diciendo.

- ¿De que habla, profesor? - mí vista estaba en mí trabajo práctico.

- Amo que me digas así. - Lo miré. - A mí me hubiese gustado seguir con esas clases.

- Pero si no te he pagado después de la primer clase, Christopher.

- No me importa que me pagues. - tomó mí mano. - Mía, después de nuestra primer clase nunca me importó que me pagues, lo hago porque me gusta, no por el dinero. Contigo es diferente.

—¿Cómo diferente?

— Nunca he tenido una alumna menor de edad, y eso me encanta.

— ah, ¿Si?

— Si. Con las que me acosté más de 22 años, hasta 30 o más. — Me tense ante su comentario. Pero no podía volver a estar con él. Aunque... No no.

— ¿Y que quieres decir con eso?

— Que me gusta la idea de seguir dándote este tipo de clases, Mía. — me miró a los ojos. — Quiero que sigas siendo mí alumna.

— Pero ya soy su alumna, profe.

— Te estoy hablando de mis clases individuales, ya sabes linda. — me sonrió. — Me enteré que vas a salir con uno de los alumnos nuevos. — ¿Cómo se habrá enterado?

— ¿Qué? ¿Cómo te enteraste de mí cita con Richard?

— Yo me entero de todo. ¡Vamos! Se que quieres que te siga enseñando más cosas.

— Está bien. Pero solo porque ya no quiero seguir hablando de este tema.

— Perfecto.

Sex instructor (Christopher Velez y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora