Capítulo cuatro. || Primera temporada.

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Isabelle: En 1492, en el descubrimiento de América, Kasandra de alguna u otra forma logró convencer a Cristóbal Colón para que la llevara al norte del continente, donde supuestamente construyó su castillo, aunque se rumorea de que no lo convenció, sino que lo hipnotizó, nada nuevo. Sin embargo, después de la caída de los vampiros, el castillo de la marquesa fue oculto en cualquier parte de Estados Unidos, oculto porque muchísimos expertos han peinado cada zona de Norte América, sin éxito en encontrar el castillo.

Isabelle se quedó por la boca abierta, mientras que Alexander seguía inexpresivo, porque seamos honestos, por muchas teorías que digan los libros, él siempre encontraría la explicación más lógica.

Alexander: Sigue. se sentó al lado de su hermana, mirando al libro

Isabelle: Algunas habilidades son desconocidas, pero están las básicas de un vampiro (fuerza y rapidez sobrenatural), y luego esta por ejemplo que es inmune a la plata, una estaca no es suficiente para matarla, o leer mentes, tanto humanas como de vampiros. Hay leyendas que dicen que un vampiro no puede hipnotizar a otro, pero sin embargo, Kasandra si que podía. - Isabelle leía todo esto algo impactada. Antes de soltar su pregunta, tartamudeó con los ojos muy abiertos - ¿Cómo es que es inmune a la plata y a las estacas? - le preguntó a Alexander sin apartar la vista del libro - Eso significa que...

Alexander: Nuestra madre a lo mejor decía la verdad, hay más maneras de matar a un vampiro, agua bendita o con la luz del sol. - se encogió de hombros Isabelle suspiró de mala gana y siguió echándole otra ojeada al libro - Y a lo mejor ese castillo ni siquiera existe, es una leyenda, y nunca nadie lo ha podido encontrar, y han pasado veinte años. - añadió bastante convencido.

Isabelle lo miró con sonrisa canalla y deslizó el libro hacia el lado de Alexander. La página en la cual estaba abierto, contenía una especie de plano.

Isabelle: Un plano del castillo de la marquesa. - dijo en tono burlón.

Alexander la miró con una ceja levantada, y volvió la vista al libro de nuevo.

Alexander: ¿Quién dice que es real? - preguntó suspirando. Isabelle señaló una firma que había en una esquina - Que en la firma ponga Kasandra no significa que sea un firma real.

Isabelle: ¿Porqué tienes una explicación para todo? - preguntó Isabelle frustrada

Alexander: Sentido común, ahora acabemos esto antes de que se haga se noche. - dijo arrastrando las palabras

Isabelle suspiró de nuevo mientras dejaba caer su cabeza encima de la mesa.

Isabelle: Te quiero hermanito, pero de verdad a veces molesta que seas tan lógico.

Infiltrada en DurmstrangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora