Capítulo 8 "Competencia por estupidez"

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Si había algo que Derek sabía sobre sí mismo es que era muy inteligente , tal vez no al nivel de Lydia o Stiles pero sin duda alguna no era tonto, si es cierto, había trastabillado en su camino en sus años de adolescente... y luego con su adicción, todo se había vuelto muy negro, ahora podía decir que tenía una familia nueva, era el alfa de la manada y tenia mas control que nunca de su lobo...

La segunda cosa que Derek sabía es que era muy imbécil, no lo confundan, si bien ambas cosas son dicotomías entre sí, no necesariamente tienen que ser mutuamente excluyentes para convivir.

Derek era inteligente eso casi nadie se lo negaba (cállate Erica) pero también era muy estúpido, y en estos momentos, el alfa casi podía percibir un letrero en su frente con letras gruesas color neón diciendo "patéame", nunca en su corta vida, había sentido tal indignación como ahora, escondido detrás de una arbusto viendo la cita de Stiles desarrollarse frente a sus ojos, el lobo podía sentir un tic nervioso en su ojo derecho, su corazón palpitaba rápidamente, casi podía escuchar sus latidos en sus oídos, sus manos sudaban, casi sacando gotas las cuales eran rápidamente limpiadas contra sus jeans.

Derek le rezaba a todos los dioses que conocía porque el chico fuese un patán, pero hasta lo que Derek había recolectado en su data mental, el alfa, Tom, como su mente le recordó en un tono burlón sospechosamente parecido a la voz de Erica, era un chico guapo de cabello rubio, ojos azules electrificantes y dientes derechos y blancos bien ordenados y enmarcados por labios delgados y pálidos, llevaba una chaqueta con el logo del equipo de química de la preparatoria, una camisa azul pegada al cuerpo y unos pantalones negros rectos con unos converse blancos, internamente Derek se preguntó cuándo es que había cambiado el estereotipo de nerds feos por estos... modelos cutres de revistas.

Reaciamente el alfa se miró  a sí mismo, llevaba su chaqueta de cuero negro, camisa negra y pantalones negros, era su usual vestimenta, siempre había pensado que los colores monótonos le acentuaban, pero al ver a aquel alfa hablando con Stiles... Stiles quien se vestía como su personalidad... alegre, vibrante y feliz, Derek se regañó mentalmente por nunca haber hecho un esfuerzo por cambiar, por al menos hablar con el chico sin tener que gruñir.

Unas risas lo sacaron de su ensimismamiento y le pusieron los vellos de punta, al instante, Derek observó a ambos chicos sonreír, Stiles por detrás de su bebida, jugando con el popote de ésta con su lengua para después meterla a su boca mientras el alfa observaba sus labios, ruborizado pero sonriendo por lo bajo, una de sus manos lentamente se posó encima de la de Stiles, por su parte el omega le miró, aún con su sonrisa pero con unos ojos serios, como si estuvieran analizándolo.

Derek solo quería aventarle la silla al imbécil de Tom y llevarse a Stiles por encima del hombro mientras gritaba a los cuatro vientos y saltaba por la ventana con su premio en mano... no hacía daño fantasear de vez en cuando, Derek suspiró y pasó su manos por su cara, tratando de aclarar sus pensamientos.

Siempre había creído en todos sus años como lobo y alfa, que era un hombre de acción y pocas palabras, sin embargo, estos últimos días solo había demostrado ser un cobarde frío y desesperado por la atención de un omega que ya había perdido... No, utilizar la palabra perder denotaba que había sido suyo, y esa no era la realidad, Stiles jamas había sido suyo, no tenía derecho de ser posesivo sobre su persona, lo sabía, al menos, su parte racional entendía que no tenía por qué sentir celos, pero su parte animal, su lobo interior aullaba con dolor al solo mirar a Tom con Stiles sonriéndole con esos proporcionados dientes... ¿Y qué si Derek tenía dientes de conejo? Se podían arreglar si iba al dentista, ¿Y qué si don perfecto era alegre? Derek apostaba que en su vida se había enfrentado con los monstruos con los que luchaba día a día ¿Y qué si tenía la chaqueta de su club de ciencias? Derek tenía una de cuero, de su padre, que había pasado de generación en generación, eso tenia mas sentimiento e importancia que cualquier otra prenda que el chiquillo usara.

Tu olor es mi adicción...LiteralmenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora