Dúo de gilipollas [Intenabo]

•• - Traumas del pasado

"—¿Q~que sucede? -un pequeño Fred preguntaba con miedo al ver a tantas patrullas rodeando su casa-.

—¿Fred? -el niño asiente al ya conocer al oficial que su familia infiltró en la policía- su familia fue encontrada sin vida hace unos minutos, no encontramos rastros de su hermano.

—¿Q~que? ¿Gustabo no está? -estaba preocupado, no quería alejarse de si hermano y quedarse solo- n~necesito a mi hermano, busquenlo, por favor.

—Haremos lo que podamos."

Fred despertó de aquel sueño, sintió varias lágrimas bajando por sus mejillas y las limpió rápidamente. Se auto-abrazo buscando calmarse, hace tiempo que había dejado de lado su pasado, pero al volver a ver a aquel demonio todos aquellos recuerdos volvieron.

Se levantó de su cama y camino hasta el baño frente al espejo del lavabo, observó su cara llena de cicatrices, desvió la mirada hacia el maquillaje que tenía para cubrirlas, nuevamente miro su reflejo con asco, no se veía a si mismo, veía a su hermano, siempre fue la sombra de Gustabo García.

Alzo las palmas de sus manos observandolas, después sus uñas, sus manos comenzaron a temblar, pero tomo valor y comenzó a rasguñarse la cara con rabia sacándose sangre, le dolía mucho, sentía la sangre en sus dedos y goteaba en el lavabo. Era una mala costumbre que tenía desde pequeño, siempre que le decían que él no era nada comparado a su hermano o que era una mala copia de su hermano, lastimaba su rostro para no parecerse a Gustabo.

Varias lágrimas volvieron a salir de sus ojos por el dolor, pero estás al caer en las heridas volvían el dolor aún peor.

Lo malo es que no solo cuando se acordaba de Gustabo se lastimaba, también cuando estaba asustado o se desesperaba, sus brazos y muñecas son prueba de ello, cuando era más joven solía llevar vendas constantemente por aquello, actualmente ya no, pero sentía que volvería a los malos hábitos.

Rato después se encontraba en la comisaría, Horacio fue mandado a atender los código 5, mientras él se dirigió al despacho de Conway, fue avisado minutos antes. Al abrir lo puerta vio a su hermano sentado frente a su superior, solo pudo suspirar pensando en lo peor.

—Sientate Fred -el rubio acato la orden sentándose a lado de su hermano-.

—Hay que darle un hueso al perrito -aplaudio sarcásticamente molestando al contrario-.

—Pero si tú también fuiste madero ¿Acaso no te dieron los suficientes huesos? Perro callejero -respondio Fred ante lo dicho-.

—¡Callen, súper nenas! -se interpuso rápidamente- Fred, quítate esa cosa de la cabeza.

—¡No quiero! -se apresuro a decir con terror, cosa que fue notada por los otros-.

—Ya se que pasa -se le escapa una risita- te dió tanta alegría verme que recordaste lo que siempre decían de tí ¿A qué sí? Así que te arreglaste la cara.

—Y~yo... -se levanto del asiento y comenzó a retroceder rascándose una de las muñecas- no se de qué hablas.

—Frederick... -Conway al entender lo que pasaba trato de detener a los hermanos-.

—Vamos Fred -se levanta del asiento y lo sigue disfrutando como el otro retrocede- ¿Crees que no recuerdo las veces que te tiraba agua caliente en las heridas? -le quita el pasamontañas dejando ver las heridas en su cara- es exactamente como lo recuerdo, me preguntó quién es el verdadero monstruo.

Aquella palabra alteró por completo al rubio, le dió un puñetazo a Gustabo en la nariz derribandolo, Conway abrazo a Fred por la espalda y lo tomo de los brazos.

—Calmate Fred, tranquilo -encendio la radio- Volkov, Greco u Horacio, venga alguno de ustedes por Fred ¡Rápido!

—Papá -se le salieron varias lágrimas-.

—Aqui estoy hijo mío -trataba de tranquilizarlo hasta que llegó Greco y se lo llevó rápidamente de ahí-.

—Ese hijo de... -el castaño se levantó con un par de gotas rojizas saliendo de su nariz- es un exagerado el cabron.

Y paso algo que jamás espero, Conway le había dado una cachetada, no pudo hacer nada más que tocar la mejilla lastimada y mirar con asombro al mayor.

—Más te vale tenerle más respeto a mi hijo, guilipollas. ¿Cuál es el estado de Fred? -prefunto por radio-.

"—Tuvimos que llamar a la psiquiatra, está muy intranquilo -informo Volkov ¿forzageando?-".

"—Y yo que pensaba que no había nadie peor que usted, Fred es más complicado -dijo Greco en la misma situación que el ruso-".

—Joder... -saca un cigarro y lo enciende- voy a enseñarte lo que sucede cuando Fred se altera, espero que no lo vuelvas a hacer o te voy a dar una somanta de ostias que ni ¡Tu puta madre te va a reconocer! ¿¡Entendiste, capullo!?

—Entendido -dijo entre dientes-.

Se llevaron a Fred al hospital para tratarlo de mejor manera, así que Conway y Gustabo fueron un rato después para saber como se encontraba el gemelo menor. A Gustabo no le importaba en lo absoluto lo que le pasará a su hermano, pues a sus ojos siempre fue un exagerado, grande fue su sorpresa al ver lo que le pasaba a su hermano.

Fred estaba en una sala con una enfermera, ella le estaba asiendo varias preguntas mientras él jugaba con una pistola de dardos de juguete lanzandolas a un tiro al blanco.

—¿Que es lo último que recuerdas Fred? -pregunto la mujer peliroja-

—Estaba con mi papá practicando mi puntería, creó que voy mejorando -contesto lanzando otro dardo-.

—Okey -reviso en sus apuntes pasados- ¿Que edad tienes Fred?

—Tengo 13 años señorita, pronto cumpliré 14, mí papá dijo que me regalaría algo que me gustará mucho.

Conway sonrió al recordar aquel día de práctica de tiro y el catorceabo cumpleaños del chico. Gustabo noto aquello, no sabía cómo sentirse al respecto, su hermano se volvía un niño siempre que entraba en crisis, bajo la mirada sintiéndose una mierda de persona, había creado traumas en su hermano, no solo sus padres fueron responsables, pero el único modo de superar aquel maltrato era lastimando a su hermano, solo así se sentía mejor, pero nunca pensó en lo que sentiría el pobre.

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¿Gustabo mejorara su actitud?

¿Gustabo y Fred aún tendrán sus conflictos pero menos fuertes?

¿Conway papá de Fred? :3

¿Frederick Conway? :3

¿Fred chiquito? ;3;