cap.2 - Cayendo en la oscuridad

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La pelea, las miradas y sentimientos de este momento, acabaron por la tormenta que aparece inesperadamente, por lo que ya me parece normal que hasta la naturaleza me impida satisfacer mi curiosidad.


El agua se siente helada y la soledad que no sentía desde hace mucho, empieza a esparcirse por el vacío campo, incluso mis amigas se han ido.


Voy a buscar mi bicicleta, intentando ir lo más rápido posible para evitar mojarme más de la cuenta, también intento evitar caerme, pero por la humedad del suelo, me resbalo y el golpe fue justo en mi cabeza por una enorme piedra usada como asiento, así que eso logra marearme al punto de ver doble.


Logro sentarme con la cabeza adolorida sin poder levantarme, estoy en un punto cercano de ir hacia la luz, pero luego me doy cuenta de que no era la luz de la muerte, es una linterna.


Está oscuro por la lluvia y yo llevo puesta ropa oscura, así que fue suerte que lograra verme.


Quien sujeta la luz no era de mi interés en ese momento. Sin embargo, al no poder levantarme por mi cuenta, tuvo que cargarme como a una novia recién casada. En un momento, siento una gran incomodidad por mi cuerpo mojado causa por la lluvia, pero el latido de su corazón es tan calmado, un gran talento para un posible asesino.


Mis dudas pararon al ver las blancas paredes de la enfermería, y al sentir una suave cama me termino desmayando, aunque la culpa de no poder agradecerle de salvarme de mi posible muerte, intento tomarlo del brazo, pero lo único que consigo es un roce entre nuestros dedos que me hace sentir una chispa de electricidad en mi corazón.


Decido dormir, tras cerrar mis ojos entro en un profundo sueño en el que aparezco en un lugar completamente negro, pero yo estaba viéndome, así que no podía estar tan oscuro. En ese momento me doy cuenta de que es una pesadilla, el espacio se empieza a estrechar hasta que estoy encerrada en un cubo negro, repentinamente se enciende la luz y veo que estoy en un elevador, busco botones o algo para salir, pero es imposible y algo rechina como un carro averiado.


De repente, la tapa de arriba del elevador no está y se puede ver claramente la cuerda muy gruesa de acero que sujeta el elevador y está deshilándose. Entonces, siento un miedo muy profundo, soy consiente de que voy a caer, me agacho para sujetar mis rodillas y caigo.


Salto de la camilla y choco con el piso, aunque por suerte no termino destrozando mi cabeza. Luego, me siento y analizo el lugar, hay mucha luz natural por las ventanas abiertas y cortinas claras, hay un escritorio pequeño con papeles e instrumentos de doctores con un gafete de presentación que dice "Dr. Andrea Bailey". A mi lado el porta-suero con una bolsa a la mitad, conectada a mi mano adolorida y magullada, cuando la doctora abre la puerta, se ve un poco sorprendida.


-La camilla tiene algún guisante, pequeña bella durmiente.


-¿Porque "bella durmiente"? Solo fue un pequeño conflicto. Además, ¿usted ha notado la peligrosa altura? Han de haber muchas demandas de los pobres pacientes que se caen y terminan lastimándose más.


-Primero, has dormido 12 horas, así que tienes suerte que hubiera una reunión toda la noche que me permitió vigilarte, ya que tus padres no contestan y el estado del clima complicó mucho más todo para llevarte a un hospital. Y segunda; es la primera vez que veo a alguien que cae de una camilla con barandas -explica la dotora-. Sin embargo, ya acabó mi horario de trabajo, pero me quedaré a ver cómo sigues y entonces te dejaré ir.


-¿Y cómo llegué? ¿Quién me trajo? -interrogo confundida.


-La verdad, no estoy segura, me preocupó más tu apariencia, pero luego vi las cámaras y parece que fue un chico muy guapo algo musculoso; tienes buenos gustos, aunque tristemente no se enfocó su cara.


Definitivamente no lo conozco, podría ser simplemente un guardia de seguridad o un lindo pretendiente; de todas formas, algún día le agradeceré porque por el momento solo voy a descansar.


Después de dos horas, la doctora me deja ir y voy directo a mi casa, si todavía lo es, no puedo creer que estuve casi muerta y nadie quiso ir a buscarme.


A un bloque para llegar, veo una silueta detrás de mí, una sombra que parece ser una mujer muy alta. Me detengo, esperando a que se acercara para preguntarle si necesita algo. Cuando ya su rostro se definía, confirmé que es una mujer ya de edad, tiene un pelo gris, arrugas y ojos con cataratas, pero aun así se mantiene derecha.


-Disculpa por seguirte, creo que se te cayó esto -muestra un collar con dije de un diamante de Rubí con base de oro, ha de ser caro. ¿Por qué lo dejarían?


-No, no es mío.


A un costado de nosotras, se detiene un autobús.


-Tampoco es mío, pero tal vez tú tengas la suerte de encontrar a la dueña.


Me puso el collar en la palma de mi mano y en el tiempo que lo admiro, la mujer se marcha en el autobús. De verdad que tenía la intención de devolvérselo, pero no logro alcanzarla.


Miro el autobús marchándose en el horizonte y mi segundo valioso regalo. La vida a veces me parece inesperada por la gran felicidad en estos momentos y la tristeza con la que acaba.


Toco la puerta de mi casa, la cual tiene las luces encendidas, pero no parece haber alguien dentro, por lo que mejor busco mis llaves que fue más difícil de lo que creí, pero lo logro. Entro a mi casa, donde solo hay una luz encendida en la habitación de mis padres, subo lento porque podría ser un ladrón, pero luego escucho los sollozos de mi madre y entro con rapidez.


Entonces, veo su cara de amargura y tristeza, quiero abrazarla sin pensar en todo lo que pasó ayer cuando peleamos y mi abandono en el hospital.


-Melody, por fin llegas, me tenías preocupada. Una amiga tuya me dijo que habías escapado del colegio y llamé a la policía, por lo que están buscándote.


-Se puede saber ¿Qué amiga exactamente? Y supongo que estás afligida, pero te conozco para saber que hay algo más.


-Una chica llamada Rachel iba pasando y, como te había visto conversando con ella hace unos días, le pregunté por ti, dijo que eras su amiga y que habías sacado malas notas, así que te pusiste furiosa y te escapaste. La verdad, ahora que lo pienso, confíe demasiado en sus palabras -hace una pausa, pero prosigue temblando y a la vez enojada-. Y la gota que derramó el vaso es que tu padre está en algo malo, y debemos averiguarlo.



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¡¡Muchas gracias!! Si han llegado a este capítulo, agradezco la oportunidad que le están dando y espero que les guste tanto como yo disfruto escribirlo. Me parece muy intrigante, ¿Qué creen que esté haciendo el padre de Melody?



Frase:



"Cuando la vida te presente razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para reír"


Las personas con sueños también mueren. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora