[ 𝟎𝟏 ; 𝟎𝟓 ]

883 186 47
                                    


Hace una semana, cuando dijo que quería una vida fuera de Soobin, no imaginé que implicaría estar casi siempre conmigo. En los recesos se hace un hueco entre Taehyun y yo, sentándose a mi lado. Ya no le ofrece al más alto ir a por su comida, ahora me lo dice a mí. Yeonjun puede bromear demasiado y ser bastante pesado, pero cuando menos te lo esperas, está ahí, escuchando cada palabra que tienes que decir. No es como si mis otros amigos me ignoraran, porque no lo hacen, aunque de alguna manera siento que me es más fácil hablar con él, probablemente se deba a que literalmente me está acaparando de los otros dos menores, pero ellos entienden como va el asunto, así que, no mencionan nada raro. El que realmente me preocupa es Soobin, creo que él es el que está menos al tanto de los cambios radicales que hizo el peliazul, pero no parece preocuparle, lo que ante mis ojos es mejor para Yeonjun, ya que, así no tiene que estar tan pendiente del pelinegro, al menos no más allá de sus horas lectivas o recesos.

La monotonía de tenerlo cerca fue logrando que la incomodidad que antes sentí, desapareciera, lo que me hacía creer que tenía un peso menos en mi espalda. Sería problemático si llegaba a desarrollar sentimientos por el mayor, aparte que ya se me hacía indiferente esa búsqueda de la sensación que causaba un corazón roto, puesto que Yeonjun respondía a cada pregunta que le hacía sobre el tema. Él decía que el día que Soobin le dijo que le gustaba Kai, su pecho dolió, pero aún tenía esperanzas de hacer que eso cambiara. Se equivocó, porque tiempo después el pelinegro le informó que eran novios. No le costó admitir que lloró mucho ese día, ni que lo hizo muchas veces después. 

—Ahora es un dolor seco —sus labios se volvieron finos —. Sólo duele, pero aunque quiera no saldrá ni una lágrima.

—¿Por qué no intentaste buscar a alguien más desde el principio? —pregunté. Mis ojos lo veían directamente al rostro, mientras que los suyos veían más allá de nuestra mesa, como si buscaran algo en concreto.

—No me gusta herir los sentimientos de gente inocente —aclaró su garganta, dejando salir una voz menos rasposa —. Involucrarme con alguien para superar a otra persona me parece cruel —se encogió de hombros.

—¿Y qué estás haciendo conmigo? —capturé su atención por primera vez. Su mirada era de incredulidad, y de pronto no sabía quien de los dos era el que no estaba entendiendo la situación —¿Qué harás si uno se enamora del otro?

—¿Eso al menos es posible? —una mueca de diversión se colocó en su cara, pero la mía seguía seria —Dijiste que no soy tu tipo, y tú eres alguien demasiado visual, es imposible que te enamores de mí, Gyu —liberó una carcajada, mientras que yo traté de forzar una sonrisa para aligerar mi molestia por aquel comentario —Yo tampoco podría enamorarme de tí... Pese a que me agrades ahora, sé como eres, y no soy tan estúpido como para cometer el mismo error dos veces —se veía entretenido respecto al tópico, pero ese comentario sobre mí, llamó mi atención.

—¿Cómo soy? —balanceé el peso de mi torso de un lado a otro, expectante de su respuesta.

—Frío, despreocupado, no lo sé —ladeó la cabeza hacia mi dirección —. He visto como actúas con tus antiguos novios y novias... No te acercas ni un poco a mi tipo ideal-

—No soy Soobin, esa es la cuestión —su sonrisa se borró, y se acomodó en su asiento. Por un momento creí que fue debido a mis aseveración, pero no fue así.

—¡Hey! —saludaron detrás mío, a lo que me giré, dándome cuenta de la verdadera razón del cambio de humor de Yeonjun.

Mi mejor amigo estaba siendo abrazado por la espalda por su novio, el mejor amigo del peliazul. El mentón de Soobin descansaba en el hombro del menor, mientras que con una de sus manos hacía un ademán de saludo, acompañado de esa sonrisa con hoyuelos.

❝𝒉𝒐𝒓𝒏𝒔, 𝒏𝒐 𝒉𝒂𝒍𝒐𝒔❞ ⁽ʸᵉᵒⁿᵍʸᵘ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora