Mis antebrazos estaban apoyados en el barandal del mirador que apuntaba hacia el mar que reflejaba el cielo que cada vez si iba volviendo más oscuro. Los faroles estaban encendidos y no mucha gente estaba pasando a los alrededores, sin contar los vehículos, porque evidentemente aquellos seguirían cruzando por ahí hasta muy tarde. La brisa era gélida, pero sólo era capaz de sentirla debido a mi cara, porque la chaqueta que traía puesta me protegía de sentir la baja temperatura con mis brazos.
Ha sido un buen tiempo desde que no vengo aquí, y hasta hoy no lo había extrañado en absoluto. Los recuerdos de Soobin no estaban asaltándome como lo hicieron en el pasado, en cambio, sólo venía a mí otra persona, una menor que yo por tres años y a la que le ganaba por casi dos centímetros.
Choi Beomgyu.
Parecía ser que en el intento de salir de un problema, me introduje en uno mayor. Porque si era cierto que mis sentimientos no son correspondidos en ninguno de los dos casos, al menos con Soobin entendía que nunca pasaría algo entre nosotros —sin importar que aún tuviera esperanzas en su momento—, que solamente eramos buenos amigos y que yo fui el que se confundió. Pero con Beomgyu era diferente, con el no tenía la seguridad de nada, y el tipo de relación —todavía sin definir— que tuvimos, no hizo más que confundirme. En el comienzo tal vez vi como una solución viable el tratar de olvidar a Soobin con él, pero el tiempo y los sentimientos trabajan a la par, confabulándose en mi contra y a favor suyo.
Odio lo de jugar con los sentimientos de las personas, por eso me resultaría imposible iniciar un noviazgo con alguien por el que no siento nada más que un sentimiento de fraternidad. Por eso mismo es que Beomgyu y yo somos tan diferentes, porque él no repararía en el daño que le puede hacer a una persona, aceptando la declaración amorosa y dejando que los días hicieran su trabajo. Pero yo nunca me atrevería a ser tan cruel y despreocupado —no si sabía lo que dolía—, por eso se me haría una mejor opción el pedirle que tratara de olvidarse de mí lo antes posible, haciendo corto su dolor.
Con Beomgyu nada estaba claro. Yo no sabía si esos besos significaban o le causaban lo mismo que a mí, yo no sabía si sus buenas acciones y excelente voluntad querían decir lo mismo que yo por instantes pensaba. Entonces no podía arriesgarme a dejarle saber que me gusta y que hiciera de mí lo mismo que haría con sus antiguas parejas, ahora mucho menos que lo confirmé.
¿Qué tanta satisfacción le causaría lastimarme?
¿Qué tanto placer le causaría saber que esa noche había vuelto a llorar y no por Soobin?
Quité mis extremidades superiores de la baranda y con unos cuantos pasos hacia atrás, me senté en una banca de madera barnizada. Ahora el firmamento estaba demostrando su belleza en su máximo esplendor, dejando a la vista un gran luna llena y estrellas acompañándola. Después de un largo suspiro, volví otra vez a mi mundo interior, perdiéndome en pensamientos que hacían preguntas, preguntas que no tenían respuesta y tampoco creía que fueran a tenerla nunca.
"—Enamórate de mí."
Sus acciones se sentían más llenas de lo que alcanzaba a ver cuando tenía una nueva pareja, quizás por eso era que todos se embobaron con Beomgyu. No les importaba el largo historial de daño que ha causado a inocentes personas que vinieron tentadas a él. Chicas y chicos que tenían la firma de Choi Beomgyu en su corazón roto, ¿ahora yo también tenía una? No creo que fuera necesario que él supiera que me lastimó, probablemente desde un inicio escribió su nombre ahí. Debió estar tan seguro de como iba a terminar esto, pero pese a eso, sólo tengo una cosa de la que agradecerle. Ya no siento nada por Soobin.
"—No soy Soobin, esa es la cuestión."
Eso sigue siendo muy cierto, pero me gustaban más los días en los que aquello se podía considerar despectivo a mi gusto, porque cuando empezó a asimilarse a lo que yo quería, creo que ahí fue cuando perdí el juego. Es hábil en la materia, sabe perfectamente que decir, que hacer, como comportarse, quien ser en el momento indicado. Mientras que yo soy yo. Seguramente soy demasiado bueno como para preocuparme por engatusar a alguien para mi propio beneficio.
Mi teléfono repentinamente comenzó a vibrar continuamente, lo que indicaba que tenía una llamada entrante. Mamá debería estarse preguntando porqué no había vuelto para la cena, pero la realidad que lo último que tenía en este momento era hambre.
Saqué el móvil de mi bolsillo, girándolo para ver la pantalla.
¿Tanto lo pensé que tuvo la necesidad de llamarme?
—¿Yeonjun? —su voz sonaba somnolienta, lo que le hizo tener un tono más grave que el habitual.
—Beomgyu —solté. ¿Qué más iba a decirle? Hemos estado actuando como si nada pasara desde hace más de una semana.
No.
Él ha estado actuando así y yo le he imitado para que no tenga ideas erróneas de mí. No quería darle el gusto al menor.
—¿Dónde estás? —no tardó en preguntar.
—En el mirador, ¿pasó algo? —mi mano pasó inconscientemente por detrás de mi nuca.
—Estaba aburrido y quería hablar, pero no contestábas los mensajes, entonces llamé —su tono se apagó levemente, pero lo dejé pasar. Debía tener sueño todavía.
—Lo siento, no me di cuenta —me excusé. Era cierto, no me percaté de que me haya escrito antes.
—Descuida, debe ser porque Soobin aún está atascado en esa cabeza tuya, ¿eh? —no contesté, sólo sentí como el aire de mis pulmones los abandonaba —Sólo bromeaba, no te lo tomes a pecho, Yeonjun.
—Beomgyu, ¿tienes algo más que decir? —mi mirada se desvió al piso, mientras que mordía la parte interna de mi labio interior.
—¿Tienes que irte? —otra vez su voz decayó.
—La verdad es que no tengo muchas ganas de hablar ahora —solté, tironeando mi cabello cuando pasé la mano a través de las hebras azules.
—Yeonjun, no lo dije en serio... Lo siento —murmuró con un tono que si sonó arrepentido.
—Vale —suspiré pesado.
—Yeonjun...
—¿Hmm? —ladeé la cabeza.
—Sí me duele que te duela... —mis manos se sentían más frías de repente —Por favor... Olvídalo.
En la línea se formó un silencio. No sabía que pensar al respecto, ni tenía clara la forma en la que debía tomarme esas últimas dos frases. Pero todo se volvía más complicado a medida que pasaba el tiempo.
—Lo que me duele ahora no es algo que vaya a dolerte, Beomgyu —tragué con dificultad. Sentía mi cuerpo pesado y rígido, todo por una llamada proveniente de él.
—No lo sabes.
—Tú me lo dijiste.
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Capítulo corto, pero conciso.
No olviden dejar una estrellita y seguirme, también pueden ver mi libro de análisis Yeongyu.
Gracias por leer uwu.
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❝𝒉𝒐𝒓𝒏𝒔, 𝒏𝒐 𝒉𝒂𝒍𝒐𝒔❞ ⁽ʸᵉᵒⁿᵍʸᵘ⁾
Fanfiction❝Donde el chico del corazón roto le devuelve su aureola al ángel con cuernos.❞ Choi Yeonjun estaba secretamente enamorado de su mejor amigo, pero, cuando este le presentó a su novio, sus ilusiones se rompieron en mil pedazos, al igual que su corazón...