Generalmente las rupturas amorosas nunca me han afectado, es más, escasas veces le presté atención a lo que la otra persona me decía, puesto que no me importaba aquello de "no estar a la altura de sus expectativas", o "ser demasiado frío emocionalmente". ¿Era a caso mi culpa que se basaran en mi físico para creer que era igual de dulce? Posiblemente llegaban buscando un ángel y se iban habiendo encontrado un demonio, pero eso no era problema mío, yo sólo aceptaba sus confesiones porque eran insistentes y su aspecto era de mi agrado, ya que, no planeaba tener sexo con alguien que no me gustara físicamente, eso sería estúpido. Pero ayer me topé con la aguja en el pajar, ese individuo que logró tocar lo más profundo de mi ser con sus palabras. Ese chico no lloró como solían hacerlo las chicas, ni me insultó como los otros hombres con los que estuve. No. Él actuó de forma madura, y me dijo lo que llevo oyendo desde hace años pero al revés.
"—¿Por qué no pruebas a enamorarte del equivocado? Nunca entenderás un corazón roto si no te lo rompen, Beomgyu."
He estado pensativo al respecto desde que lo dijo, en mayor parte porque era cierto. Sin querer, ni esforzarme, he roto muchos corazones que nunca terminaron de importarme, ni acabé de entender, todo debido a que el mío ha estado intacto desde que tengo memoria. Tal vez inconscientemente esté asustado del amor, o que directamente prefiera centrarme en la parte carnal antes que en la emocional, pero la verdad seguía radicando en que desconocía el peso de una desilusión o ser herido por alguien al que apostaste nunca iba a decepcionarte.
Ahora tendría que estar acostado en mi cama, dándole por primera vez luto a una relación, pero mis amigos no encontraban nada mejor que asistir a la fiesta que daba el mejor amigo del novio de Kai. No era como si no me gustara beber o bailar con desconocidos, pero en este momento no tenía ganas de hablar con nadie, y por lo mismo estaba sentado en las escaleras del segundo piso —al cual se le había prohibido el ingreso—, usando el teléfono mientras le daba sorbos a mi vaso con una mezcla de gaseosa con alcohol, bastante suave para mi gusto.
La música estaba demasiado fuerte, tanto que las paredes retumbaban al igual que mi pecho. No había sentido en colocarme los audífonos para encerrarme en mi propio mundo, ya que aunque subiera todo el volúmen, igualmente oiría el exterior, así que me centré en las publicaciones que mis conocidos subían a las redes sociales, habían pocas referentes a esta fiesta, entre ellas unas historias que Taehyun subió mostrando a Kai besando a Soobin, diciendo estar tocando violín. Reí por la soledad de mi amigo y también por la otra actualización preguntándome porqué lo dejé solo.
—¿Por qué estás aquí? —una linterna me apuntó hacia la cara, encadilándome —Recuerdo haber dicho que nadie podía subir.
—Apaga eso, me dejarás ciego —con una mano traté de tapar la luz de mi rostro, pero la luz seguía estrellándose contra mi —. No he tocado nada, ¿por qué eres tan molesto? —sabía que debía tratar a mis mayores con respeto, pero nunca lo he hecho con él.
—Con que aquí estabas —soltó de pronto, reconociéndome —. Tus amigos te buscan, Choi —apagó el flash.
—No quiero bajar, déjame estar aquí, ¿vale? —traté de cortar la conversación. Ese sujeto era algo molesto a veces, sobre todo cuando me exigía que le tratara con respeto, pero eso ha sido algo que dejó de hacer con el tiempo —Puedes bajar, no soy un ladrón, Yeonjun.
—Es mi casa, yo elijo que libertades tienen mis invitados, y no quiero que estés aquí —subió unos cuantos escalones, de tal forma que se veía más alto que yo estando sentado —. Ahora baja, ¿vale? —imitó mi voz, a lo que le di una mala cara que obviamente no debió diferenciar de la oscuridad en la que estábamos.
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❝𝒉𝒐𝒓𝒏𝒔, 𝒏𝒐 𝒉𝒂𝒍𝒐𝒔❞ ⁽ʸᵉᵒⁿᵍʸᵘ⁾
Fanfic❝Donde el chico del corazón roto le devuelve su aureola al ángel con cuernos.❞ Choi Yeonjun estaba secretamente enamorado de su mejor amigo, pero, cuando este le presentó a su novio, sus ilusiones se rompieron en mil pedazos, al igual que su corazón...