Día 5: Besándose
"Gyuzi"
Tener un novio alto, como todo, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas.
Lo bueno es que me alcanza las cosas de las estanterías de arriba, a las que no llego, y lo uso de excusa para que guarde cosas que estan muy arriba y trabajar menos.
Lo bueno es que cuando me canso de andar, me sube a caballito y puedo molestar a mi hermano pequeño Chan desde arriba.
Lo bueno es que como es alto, el que sujeta el paraguas es él, y el que lleva las bolsas que más pesan es él también.
Básicamente es una ayuda en mi vida como un hombre que nació demasiado pequeño, su metro ochentaisiete compensa mi metro sesenta y cuatro y viceversa.
Lo malo es que es muy bromista, terriblemente, y para mi desgracia, le gusta bromear con nuestras alturas, lo quiero porque es mi novio, pero a veces le daría un guitarrazo.
Una vez fuimos a hacer volleyball con Seungkwan y para estirar, el muy farola, estiró los brazos sobre mi cabeza, se llevó una patada en el culo.
Lo malo fue el momento en el que fuimos a darnos nuestro primer beso, y las veces que fueron después de esa.
Ahora somos adultos y hemos aprendido a vivir con ello, pero en aquel entonces, era diferente.
El nunca había tenido novio, yo uno, pero ambos salimos por que confundimos amistad con otra cosa, y terminamos bien, Cheol y yo aun somos amigos, pero nunca nos besamos y mi experiencia era nula.
A toda esta inexperiencia típica en los adolescentes, añádele que Mingyu siempre ha sido un cachorrillo grande, y yo un pitufo, obviamente las cosas serían muy complicadas, sin embargo, fue todo lo bonito que puede ser un primer beso a los dieciocho.
Llevábamos un año juntos, era febrero, hacía frío, los dos ibamos abrigados por la calle, dando un paseo hacia una tienda de chocolate caliente y churros que a los dos nos encantaba.
Luego fuimos a comprar un regalo y velas con el número quince para Chan, por que en pocos días sería su cumpleaños.
Saliamos del super y noté como Mingyu tímidamente entrelazaba nuestras manos, quiso poner una excusa, y decidecir que era porque tenía frío, pero tenía las manos calientes de tenerlas en los bolsillos, de todas formas me pareció adorable.
Después de caminar un rato por el parque vacío y charlar sin separar las manos me miró y me dijo que me quedase quieto, que tenía una pestaña.
Miré para arriba y lo ví acercarse, no se que clase de impulso me dió, él estaba encorvado para poder ver de cerca, y vi la oportunidad.
Llevé mis manos a sus mejillas frías por el clima y lo acerqué a mi hasta que nustros labios se emcontraron.
Fue precioso, pero a él le dolía la espalda por agacharse y a mi los dedos de los pies por ponerme mucho de puntillas, y eso lo hace un recuerdo gracioso para ambos.
Apartir de entonces tuvimos que encontrar una manera para que aquello no pasase de nuevo.
Un día fuí a su casa a hacer un trabajo, poco antes de irme a la universidad.
Mingyu estaba sentado en su escritorio haciendo tarea y me senté en sus piernas, algo muy cómodo por cierto.
Cuando quiso saludar, aproveché para besarlo, estaba justo a mi altura y sentí que había que aprovechar el momento.
A veces aún, a pesar de que han pasado cinco años de aquello,me arrepiento de haberlo hecho.
Mingyu se puso super pesado y muy empalagoso y cursi a partir de entonces, no solo yo tengo ese recuerdo, Vernon, Hoshi, Wonwoo, Seungcheol y Seungkwan, su grupo de amigos, tambien tienen un recuerdo de ver al chico suspirar, con la mirada de cachorro perdida y sonriendo más de lo habitual, según me dijeron.
Mingyu dejó de ser el tímido niño que le daba verguenza dar un beso a su pareja para convertirse en el adolescente cursi y divertido que me sentaba en su regazo para besarme hasta quedarnos sin aliento cada vez que estamamos en una de nuestras casas.
Y esta transformación también tuvo sus más y sus menos.
Lo bueno era que aunque fingía que no me gustaba lo dulce que era, y sigue siendo conmigo, me encantaba que me mimara y me cuidase así.
Lo malo, porque todo en esta vida lo tiene, fue el día que ¡Oh sorpresa! Su madre decidió que era buenisima idea entrar a dejarnos algo de merendar. Y adivinad que estábamos haciendo, efectivamente, una muy intensa sesión de besos.
Juro que jamás he pasado tanta verguenza en toda mi vida como en aquel preciso momento.
Se sentó frente a nosotros como si fuera más amiga que madre y suegra, nos hizo preguntas vergonzosas, pero al final, me dió las gracias por poner una sonrisa en el rostro de su hijo y después de acariciarnos la cabeza y abrazarnos a los dos salió.
Mingyu se rió y yo le golpeé en el hombro, rojo y avergonzado, jurando que no volvería a besarlo en casa, y mantuve aquello, pero solo una semana.
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– ¡Hola Honnie!¡Estoy en casa! –
– ¡Mingyu! Para de aparecer así, me has dado un susto –
Jihoon cerró rápidamente el diario que había estado escribiendo.
– ¿Escribías algo? –
El más alto se acercó al libro cerrado y Jihoon se interpuso para que no llegase a él.
– ¡No! ¡Quiero decir! Si escribía, pero no puedes leerlo, quiero tener algo de privacidad –
Mingyu aceptó a regañadientes para agacharse hasta su pareja y besarlo.
Pero tenía los dedos cruzados y esa noche se escabulló hasta el despacho de su novio para leer lo que había escrito y emocionarse como el cachorro grande que era.
Porcierto...
Felicidades a Wonwoo
Afgjkdkdndi (es una monadaaa)
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30 days challenge
Fanfiction30 historietas one-shoot de diferente temática, centradas en ships de Seventeen.