Maratón 2/3

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SAM POV*

(Escuchen la canción de multimedia)

Mientes- sentencio decepcionada- creí que confiabas en mi Dylan- le digo suavemente.

Confió en ti, prometo que no es nada importante- se apresura a decir intentando tocarme.

No, no es cierto- si confiaras en mi me dirás porque pelearon tú y Alex, me dirías quien es la ‘puta’, que son esas cartas de las que hablaba Sara y quienes están buscándome- el dolor es palpable en mi voz.

No te diré algo que no está pasando- hace una pausa. Además si eso no fuera una mentira tampoco tendría porque darte una explicación sobre lo que pasa en mi vida- Termina diciendo y yo me decido por solo respirar hondo e ignorar las tremendas ganas de golpearlo.

Tienes razón, no tienes por qué darme explicación alguna de tu vida- hablo pacíficamente- como tampoco tengo que darte una explicación yo de la mía- finalizo saliendo de ahí y comenzando a caminar hacia la cafetería.

¡Espera un jodido segundo!- toma bruscamente mi brazo haciéndome frenar- tú tienes todas las explicaciones que darme, eres mía- me recuerda.

Creí que también eras mío- digo dolida.

 Soy tuyo, además eso no tiene nada que ver, no es lo mismo- reclama.

Como diga su majestad- hago una reverencia y me suelto de su agarre para retomar mi camino.

¿No dirás nada más?- pregunta sorprendido ya sentado en la mesa, en la que se encuentran los chicos, los que guardan silencio para escuchar nuestra conversación. Pero ningún sonido u palabra sale de mi boca, en respuesta solo le doy la espalda y me volteo hacia Trisha, que me mira boquiabierta ante mi comportamiento y aunque sé que estoy siendo una inmadura no puedo evitar enfadarme, ¡esto es muy injusto! ¡Él quiere controlarme a cada segundo! y yo que le pregunto una pequeña cosa, de la cual tengo todo el derecho de querer saber ya que me incluye, según Sara.

¿Cómo ha estado tu día?- pregunto, haciendo oídos sordos a las maldiciones de Dylan a mis espaldas.

Me ha ido de maravilla… ¿todo bien con ustedes dos?- pregunta.

Sí, todo está perfecto- respondo poniéndome en pie nuevamente.

¿A dónde vas?- gruñe tomando mi brazo por onceaba vez este día, ruedo los ojos y me suelto de su agarre.

A buscar algo de comer- respondo secamente.

Yo voy- dice parándose, me niego.

No. Iré yo- su ceño se frunce en desacuerdo e intenta protestar.

Déjame tranquila un segundo, preocúpate de TU vida- le saco en cara retomando mi camino hacia la enorme cola.

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