En un mundo repleto de corrupción tiene que haber un mediador, y no, no estoy hablando de Dios.
Cuatro personas, cuatro personalidades distintas, cada uno conectado al otro por diferentes motivos.
La primera: Adara Nessa. Peligrosa, letal, fría, cr...
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Adara.
—El helicóptero está aterrizando, Contad y Lanay están llegando —anuncia Cony.
—Gracias, que vengan a mi oficina. —Cony asiente y se marcha.
Se supone que hoy es el encuentro entre Cain y Veron, no hemos convencido a Cain de actuar como topo para nosotros pero tampoco es que me importe, amenazaré con cortarle el pene si no coopera.
El punto de reunión es en Villefort, el pueblo entre Paxton y Hope, no es muy lejos de la cárcel. Debemos ser sigilosos al llegar allá.
Cain sigue encadenado en la celda A, no lo hemos soltado desde que nos enteramos de todo, así que está lleno de toda su propia suciedad y muy hambriento, solo le damos agua dos veces al día.
Contad y Lanay entran a mi despacho con semblante sombrío.
Algo pasó.
—¿Qué ha pasado? —pregunto nerviosa, sus caras no me dicen nada bueno.
—Tenemos varias noticias —empieza Lanay.
—La primera es que Veron ejerce como abogado en su vida cotidiana y fuera del narcoterrorismo—río. Que ironía—. Aparentemente tiene buena reputación.
—La segunda es que lo encontramos en Orgasmo, conocimos a una pareja que estaba con él y nos unimos a ellos —amplío mis ojos y mis cejas se alzan.
—Eso es bueno ¿no? —Lanay niega.
—No supimos si conocen más allá de su carrera como abogado pero deducimos que no porque... —Lanay mira a Contad—. Él estaba con Kavan Finnegan —yo jamás olvido un nombre y por supuesto que no olvidé ese.
—El primo del prisionero 111 —Contad asiente.
—Creemos que debe estar relacionado. No sabemos si Kavan le tendió una trampa a su propio primo o...
—Si Kavan no sabe absolutamente nada —termino por él. Ambos asienten—. Bien, Contad, debes seguir amenazando a Cain, tenemos seis horas antes de la reunión y el viaje hacia allá son hora y media en el jet. Voy a preguntarle al prisionero 111 si considera a su primo como una persona confiable —me levanto.
—Hay una cosa más... —dice Lanay con nerviosismo.
Ella comienza a mirar de sus manos a mi rostro y de mi rostro a sus manos.
—¿Qué?
—La chica que estaba con Kavan... —alzo mis cejas—. Adara, ella es igual a ti —suelta.
Frunzo el ceño porque no entiendo a que se refiere.
—¿Qué quieres decir? —Lanay duda.
—La chica, es extremadamente igual a ti —agrega Contad.
