AVENOIR *YoonMin/JimSu* (Omegaverse)

Un Rendez-Vous Avec le Destin

Yoongi se encontraba nervioso, como no estarlo, tenía una cita con Jimin, ¿Podía decirle así?, su omega se encontraba emocionado, lo sentía dar brinquitos de felicidad, contagiándolo de ella, lo sentía hasta en la boca de su estomago.

Una semana atrás, cuando se había encontrado con Jimin en el baño, no fue una casualidad, lo había seguido, su lobo se lo pedía a gritos, se había controlado lo mejor que pudo, pero ver a Hoseok coquetear con Jimin toda la tarde, lo había hecho llegar al límite, odiaba sentir celos de Hoseok, pero no había podido evitarlo, ver las sonrisas que le daba a Jimin, esos pequeños roces disimulados, la complicidad que emanaba de ellos, pero sobre todo haber visto a Jimin sonrojarse y corresponder a los coqueteos de Hoseok, fue demasiado, por lo que sin meditar en sus actos y guiado totalmente por su lobo fue en busca del otro omega.

Responder a la pregunta de Jimin, fue más fácil de lo que había pensado, fue automático, sin dudarlo y sin titubear, pero el momento que le siguió fue demasiado incomodo, ambos apartando la mirada del otro, pero sintiendo esa inmensa necesidad de estar cerca, Jimin fue el que rompió el silencio, con una simple pregunta "¿Sabes que tenemos que hablar?".

Mentiría, si dijera que esa pregunta no le causo escalofríos, pero tomando el valor necesario se las arreglo para contestar de manera afirmativa, intercambiaron números de manera torpe, saliendo de ese baño como si no hubiese pasado nada, tres días después, había recibido un mensaje del otro omega, pidiéndole encontrarse, ese era el motivo por el cual en esos momentos, su corazón latía frenéticamente.

Viéndose una última vez en el espejo, acomodo sus ropas y salió de su habitación, no sorprendiendo al no encontrase con Hoseok, era domingo muy temprano, el alfa seguiría durmiendo mas allí del medio día, suspiro aliviado, la última semana se la había pasado huyendo de él, aun estaba resentido, pero al mismo tiempo confundido, no tenia excusa alguna, ni manera de explicarle la situación a Hoseok, se sentía mal consigo mismo, al final Hobi era su mejor amigo, por esa razón ponía todas sus esperanzas en el encuentro con Jimin, esperando poder obtener respuestas o alguna solución.

Al haber tenido toda la semana para meditar sobre su situación, una parte de él seguía recordándole todas las razones por las cuales lo que sucedía en su vida era totalmente incorrecto, esa parte era la que mas dominaba sus pensamientos, mientras una pequeña parte, le decía que diera un salto de fe, había pasado horas sin dormir, dejando sus pendientes de lado, teniendo pensamientos que solo lograban inquietarlo aun mas, haciendo realidad muchos de sus miedos, recordando cosas del pasado, momentos que solo deseaba olvidar.

La avalancha de pensamientos, finalizo al momento de llegar a su destino, ese pequeño café, donde había quedado de verse con Jimin, agradeciendo el haber llegado sin percance alguno, ya que tenia años sin pisar la ciudad y muchos lugares habían cambiado, las manos le sudaban, su omega se removía feliz en su interior, pidiéndole avanzar, pues sabia quien le esperaba del otro lado de aquellas puertas, motivo por el cual se quedo parado afuera del lugar, tratando de apaciguar las emociones de su omega, emociones que lo hacían sentir extraño, porque no había manera de explicarlas, cuando logro hacerlo, abrió aquel par de puertas y entro.

Lo primero que lo golpeo, fue el delicioso aroma a duraznos y jengibre de Jimin, a pesar de que en lugar habían otras personas, el aroma del otro omega inundaba el lugar, sobresaliendo entre los demás olores presentes en el lugar, se encontraba sentado en una mesa que daba hacia la calle, la belleza de Jimin era algo que no se podía describir con palabras, un omega en todo el sentido de la palabra, iba mas allí de lo etéreo, ese hermoso cabello color lila, su piel que parecía reflejarlos rallos del sol, esos hermosos y regordetes labios, todo lo hacía ver como una bella hada, de esas de las que se suele leer en los cuentos, pero tenía otra parte, una que no se pudiese creer que exista en un ser tan puro, porque de alguna extraña manera, Jimin gritaba dualidad por todos lados, a pesar de ser bello, un aura de la más pura sensualidad lo rodeaba, dualidad que se podía leer en esos hermosos ojos color avellana.