—harry potter
【canva】. . . . .
Carine, la Gryffindor, estaba en las recientes graderías que se ubicaban en el lago negro, por el Torneo de los Tres Magos. Tenía ropa cotidiana, una blusa que le quedaba algo grande y unos pantalones heredados de su madre, además de su castaña melena rizada, todo eso manchado de pintura, porque en el gran respaldo de la grada mas alta estaba colgado un lienzo, en el cual estaban pintados los rostros de Fleur y Cedric, un Viktor Krum casi terminado y un pequeño boceto de Harry Potter, su amigo.
La brisa soplaba levemente, y sentía como con cada paso de la brisa, las manchas de pintura de su cara se secaban levemente.
-¡Carine!- se escucho el llamado a lo lejos de Hermione, su amiga, que a ambos lados tenia a Harry y a Ron-
Mientras los chicos llegaban ala sitio en que estaba Carine, ella le daba los detalles finales al retrato de Viktor Krum.
-Esta genial- se escucho a su lado derecho, al mirar estaba Ron, el pelirrojo de su grupo de amigos. A la izquierda de Carine estaban Hermione y Harry.
-Buen trabajo- fue el intento de felicitaciones de Hermione, pero sonrió en respuesta.
-Gracias-agradeció los halagos de sus amigos- la idea era que fuera una sorpresa, pero ya lo vieron y no les obligare a cerrar los ojos- ríe-
-Pero si lo notas, yo no estoy hecho- hace una mueca la notar que eso había sonado extraño- así que me sorprenderé- se encoge de hombros, mientras mira los detalles del rostro de Cedric-
-Tienes razón- sonríe- Llevárselo- ordena con falso tono autoritario utilizando el lenguaje medieval, miro a Ron, pero este miraba anonado el dibujo de Fleur- Ron, Ron... ¡Ron!
-Ah, si, esta bien- asiente frenéticamente sin saber de que hablaban-
-Entonces llevateló- señala a Harry con la cabeza, sintiendo que a sus espaldas Hermione preparaba un sermón hacia la falta intencional de el chico Weasley- y que no vuelva aquí jamás, al menos no hasta el día de la prueba- hace señales para que se vayan deprisa. Ambos chicos desaparecen de la vista de las chicas. Carine vuelve a su trabajo, empezando a hacer a Harry, con el cual quería tener mas cuidado, el cual quería que quedara perfecto, tal y como ella le veía, quizá con una grieta e esas despreocupadas gafas, las que ocultan todo el esplendor de los ojos verde esmeralda, el cabello desordenado y algo largo, ya que al parecer ese año no fue a la peluquería. Al empezar a pintar inconscientemente sus labios se ladeaban formando una pequeña sonrisa.
-Mejor te dejo con tu arte- ríe Hermione antes de marcharse dejando a Carine con un leve dolor en las mejillas por sonreír tanto tiempo-
Cuando ya había terminado el retrato de cada elegido del cáliz y una frase de apoyo, llego la profesora McGonagall que al parecer la necesitaba urgentemente.
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Antes de ser lanzado al lago le dio un breve vistazo a las gradas, para encontrarla, pero lo único que había eran alumnos, de los cuales ella no formaba parte, y algunos de ellos con sus propios carteles levantados tapaban el lienzo en el cual se había esforzado Carine. Estuvo unos minutos nadando bajo el agua, buscando algo que no sabia que era. Hasta que ve ahí, en el fondo del Lago Negro, atados por sus talones a cuatro inconscientes personas. Gabrielle Delacour, Cho Chang, Hermione Granger, pero mas importante para el Carine Wheleer.
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La sensación de respirar se le hacia tan placentera y agitada, estaba extremadamente mojada, y no tenia idea de que sucedía, había mucho bullicio y estaba nadando hacia una superficie estable junto con una pequeña rubia. No entendía nada. Al llegar arriba, mira al rededor para ver al de ojos azulinos, pero no estaba, eso hasta que su ser salio a la superficie del lago, nado hasta la orilla y fue recibido por una mano de ayuda de Carine, al tocar la madera con sus descalzos pies la chica lo abrazo, trasmitiendole el poco calor corporal que poseía en aquellos momentos.
-Gracias- le dice con la poca voz que sale de su garganta, mientras que con sus manos lo cubría con la toalla que le habían dado hace unos segundos.
-No hay de que- dice temblando de frió mientras que en el pecho le nace una pequeña puntada de calor cuando la castaña le abrazo, con el cabello hecho desastre, ya que rizos mas una remojada, no es una combinación favorable, pero para el chico, que tenia los lentes empañados por su respiración, le parecía igual que siempre, única, igual que todas, pero con ese brillo que le hacia querer dirigir la vista hacia ella antes que en la demás- te quedo muy lindo el lienzo- dice temblando señalando con su tiritante dedo el gran trozo de tela que poseía el dibujo-
-Creo que lo lindo del lienzo eres tu- ríe, una risa que se contagia a ambos-
Porque ambos se querían como mas que amigos, pero tenían catorce años, nadie sabría que esta historia termina en que ambos se dicen "acepto" en un altar, para iniciar su vida como marido y mujer. Y si, después de ese cumplido hubo un beso.
Dedicado: Griffindor2006
Espero te guste. Besos.