Capitulo 9

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—¿En verdad eres tú?

Yoongi asintió.

—¿No puedes hablar?

El chico negó, algo había salido mal.

—Jimin—llamó Jungkook.

—Vete, después hablamos—contestó Jimin para ver de nuevo a Yoongi.

El pelirrojo se fue sin decir otra palabra, sabía que había cometido un error y sentía pésimo, quería estar bien con Jimin, pero luego de lo que hizo comprendía si el mayor ya no quería hablarle.

Por otra parte el rubio no quitaba sus ojos de antes muñeco de porcelana, era aún más hermoso en persona, sus facciones se veían tan delicadas, los rasguños aún estaban intactos en su rostro por lo que comprobó que era real, Yoongi estaba frente a él. mirándolo de la misma forma que él lo hacía. 

—Eres real ¿como es posible?—preguntó el rubio totalmente confundido.

El pelinegro se encogió de hombros y se preguntaba que había salido mal ¿porque no podía hablar? o ¿porque las cicatrices aún seguían en su cuerpo?

Ahora volviendo a su estado normal se sentía raro, habían pasado muchos años encerrado en un muñeco que solo con un simple toque sentía desmayarse, siendo humano nuevamente se sentía desprotegido y con miedo a lo que pueda ocurrir en un futuro.

—Te ves tan frágil—mencionó Jimin acercándose más.

Yoongi al escuchar eso regreso su vista al rostro del chico quien lo miraba como lo más hermoso que existía en el mundo provocando un ligero sonrojo en sus mejillas.

—Eres hermoso—soltó Jimin.

Inmediatamente una sonrisa apareció en los labios de Yoongi e instintivamente Jimin también sonrió al ver la sonrisa del chico.

—Puedo ver tus ojos iluminarse como dos estrellas que puedo ver tu alma a través de ellos.

Yoongi escondió su rostro entre sus manos y comenzó a sentir una sensación extraña en su estomago.

Se sorprendió al sentir nuevamente aquello que perdió hace años y que tenía temor de experimentarlo de nuevo.

¿Era amor? Jimin le había mostrado lo que era amar aún cuando el tenía el corazón hecho piedra.

Ese chico de mofletes rosados, cabello rubio y corazón cálido había logrado que un muñeco comenzará a sentir amor y empatía, el ser que lo haya colocado en esa posición se había equivocado, existía alguien que lo quería tal y como es.

—No importa si no puedes hablar, lo importante es que estás aquí y eres real, supongo que ya no estaré solo—sonrió.

Yoongi negó y se acercó a Jimin dudando en si abrazarlo o no.

—¿Pasa algo?—preguntó el rubio.

El pelinegro no encontraba la forma de decirle lo que pensaba si tan solo tuviera un papel donde escribir.

—¿Quieres una libreta para escribir?—Yoongi se sorprendió, fue como si hubiese leído su mente.

Asintió sonriente.

—Ven, iremos a nuestra habitación.

Jimin tomó de la mano a Yoongi y subieron a su habitación, el rubio no paraba de sonreír, no podía creer que fuera real, al tomar su mano se sentía fría al contacto con la suya pero a la vez cálida que por un momento se sintió protegido por ese ser tan frágil.

Al entrar Yoongi se quedo de pie junto a la puerta mientras el menor buscaba entre sus cosas una libreta y un bolígrafo.

Cuando finalmente encontró lo que necesitaba invito al mayor a sentarse en su escritorio y entregarle una libretita de pollito que mantenía guardada en una cajita, fue uno de los últimos obsequios que su abuela le entrego.

—Puedes escribir aquí, yo bajaré a la cocina.

El mayor asintió y Jimin salió de la habitación cerrando para darle más privacidad al chico.

Al fin se encontraba solo y pudo soltar un enorme suspiro, estando bajo la mirada del rubio se sentía nervioso hasta el punto de desmayarse, volver a su estado "humano" lo ponía nervioso, se había acostumbrado a vivir en porcelana malgastada todo esos años que hasta el caminar se volvió difícil.

Ahora con un bolígrafo de un gato en su mano se dispuso a escribir en aquel papelito en forma de pollito y eso solo le recordaba a Jimin siendo en ese momento en lo único que podía pensar.

Por lo cual aún con su mano temblorosa por la falta de costumbre intento escribir todo lo que deseaba expresar, todo lo que su corazón dictaba y lo que su mente guardaba.

Cada letra escrita en ese papel era una parte de su alma.

—Aunque no pueda expresarlo desde mis labios, lo he expresado desde mi corazón—pensó Yoongi mientras doblaba el papelito y lo dejaba junto al libro favorito de Jimin.

Después de unos segundos apareció el menor con una bandeja de galletas y dos tazas de chocolate.

—Pensé que tendrías hambre así que te traje esto—señalo las galletas—puedes comer todas las que tu quieras.

El mayor agradeció con una sonrisa y comenzó a comer gustoso, había olvidado el sabor de las cosas que tanto disfrutaba cuando era un niño.

—¿Escribiste algo?—preguntó Jimin viendo la libretita vacía.

Yoongi negó, solo esperaba que el menor leyera ese libro en la noche y descubriera el papelito. 

—Sabes, hace mucho tiempo había deseado que fueras real y ahora que te tengo frente a mi creo en que los deseos se pueden hacer realidad si lo pides desde el fondo de tu corazón.

Una lagrima se deslizo sobre la mejilla del pelinegro, en su corta vida nunca había experimentado un amor tan sincero y puro por una persona, pero en Jimin encontró mas que amor, había encontrado un refugio.

Y se preguntaba como era posible sentir amor por alguien en tan corto tiempo; sin embargo al ver a los ojos del rubio su pregunta tenía una respuesta, solo bastaban unos segundos para enamorarse de ese chico de ojos sonrientes y sonrisa encantadora.

—¿Quieres salir conmigo?






















Gracias por leer ♡



El chico porcelana [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora