El Príncipe y El Guerrero

Capítulo 12: Momentos de paz

Tres meses después del nacimiento del bebé, la rutina del Príncipe y Lan Zhan había cambiado por completo... el pequeño podía dormir tranquilamente toda la noche en su cuna, pero tenía la misma manía que su padre y despertaba invariablemente a las 5 de la mañana... instintivamente Wei Ying lo acercaba a su pecho para que pudiera alimentarse hasta quedar completamente lleno y al quedar satisfecho volvía a dormirse en medio de sus padres.

Normalmente, Lan Zhan trataba de permanecer el mayor tiempo posible con ellos recostado en la cama, disfrutaba ver a su esposo y a su hijo tranquilamente dormidos... en esos breves instantes se daba cuenta que había hecho lo correcto al llevarlos a Gusu... no había mejor lugar para que el bebé llegara al mundo. Sin embargo, esa madrugada un sueño muy pesado se apoderó de él... en pocos minutos pudo observar la imagen de lo que habían vivido en la prueba en la Fuente de la Eternidad y pudo escuchar entre susurros lo que había dicho el espíritu...

Ustedes dos están unidos el uno al otro por un amor verdadero y puro... vivirán en plenitud juntos o perecerán juntos. En el fondo han encontrado a su igual... desde ahora están unidos por sus almas... pero deberán caminar por la senda de los dioses antes de llegar a su destino.

De repente, la imagen cambiaba y podía ver claramente como él entraba furtivamente a los jardines del castillo de Gusu donde su jugaba su pequeño... se veía un poco más grande... tal vez de unos cuatro años y se acercaba sin miedo para abrazarlo, después de unos segundos, el niño se alejaba dando pequeños saltitos rumbo a uno de los salones...

De nueva cuenta, la imagen cambiaba y ahora se encontraba saliendo de una de las habitaciones con el mayor sigilo... cuando está a punto de abrir la puerta del ventanal para salir al balcón, es envuelto en un cálido abrazo y puede sentir la necesidad de su esposo... sabe que lo ha extrañado demasiado... pero no entiende porqué ambos empiezan a llorar.

En ese momento despertó sollozando, tratando de entender su sueño... al girarse en la cama observó Wei Ying enredado en las sábanas descansando tranquilamente, no pudo evitar sonreír al echar un vistazo a las dos personas favoritas para él. Con la punta de los dedos siguió suavemente el contorno de su rostro y depositó un ligero beso sobre sus labios mientras se levantaba para iniciar el día. En pocos minutos, los sirvientes prepararon el baño y se apresuró para estar listo, pues el bebé ya empezaba a hacer ruiditos para llamar su atención.

Mientras terminaba de arreglar su túnica pensaba que hasta el momento no habían recibido noticias alarmantes de Idris. Los clanes menores ya habían dispuesto varios centinelas en los caminos para hacer llegar más rápido los mensajes al castillo. Lo único que recibieron durante todo ese tiempo fue un pergamino mágico con un mensajes de Lady Yanli de Langlin, felicitándolos por la decisión de retirarse del reino a tiempo... fue ahí donde se dieron cuenta que la princesa era quien había enviado atinadamente al unicornio, el cual había sido de gran ayuda la noche del nacimiento.

Cuando se acercó de nuevo a la cama se dio cuenta que su esposo seguía profundamente dormido mientras que el bebé ya estaba completamente despierto y había rodado para quedar acostado boca abajo sobre el colchón levantando la cabeza. No pudo evitar sonreír al verlo... todos decían que era su réplica exacta en las facciones salvo por el color del cabello y los ojos, esos definitivamente eran idénticos a los de Wei Ying.

Sin duda eres igual de travieso que él- pensó. Con ternura lo levantó y lo acunó en sus brazos... cuando el bebé lo miró sintió unas tremendas ganas de llorar y en ese momento solo pudo abrazarlo muy fuerte sin entender por completo lo que le sucedía. Por otro lado el bebé se sentía plenamente protegido y amado... había sido muy deseado y representaba el gran amor que se tenían sus padres. Cuidadosamente lo refrescó con una suave esponja y le cambió la ropa... en cuanto terminó de asearlo, el bebé se acurrucó en su pecho igual que Wei Ying, a los pocos minutos, uno de los botones llamó su atención y trató de jalarlo con sus deditos.