Capítulo 7

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Portia siguió leyendo.

Ni una sola vez se introdujo dentro de la ávida profundidad de Julia.

Su pulgar masajeaba su clítoris...

Portia profirió un gemido mezclado con un sollozo. Estaba viajando más lejos de lo que nunca había llegado ella sola o con un hombre. Se sentía preparada para volar lejos de esa avidez, esa tensión y ese ardor que abrasaba su interior y que amenazaba con consumirla por completo.

Al fin Raven entró en su agujero. Julia... Julia elevó las caderas para recibirlo.

El dedo de Knightson se deslizó en su interior. Portia quiso gritar de placer, pero apretó los labios con fuerza para ahogar un gemido.

Raven giró el dedo en su interior…

— ¡Oh, por todos los cielos! —gimoteó Portia. ¿Qué era lo que le estaba haciendo?

...presionando e introduciéndolo más adentro.

Portia acompañaba todos y cada uno de los movimientos de Knightson, sus caderas se movían sin que ella tuviera control sobre ellas. De alguna forma consiguió seguir con la lectura del libro. Entre sollozos e incapaz de leer más de una palabra entre un jadeo y otro, continuó:

Raven respondió al deseo de Julia introduciendo el dedo con más fuerza y más profundamente...

— ¡Oh! —Se quejó Portia—. Knight... ¡Mark! — ¿Con qué palabras podía pedirle clemencia cuando no pudiera más?

Una y otra vez su dedo la penetró. Julia recibía cada movimiento con entusiasmo.

El cuerpo de Portia se había disociado de su mente. Ella era Julia.

— ¡Oh, Knightson, por favor! —No sabía qué era lo que le estaba pidiendo, sólo sabía que lo quería. Y que lo quería ahora.

El coño de Julia le apretó el dedo. Ella se retorció, extendiendo los brazos hacia atrás para atraerlo hacia ella.

— ¡Aaah! —Portia gimió, más allá ya de los jadeos silenciosos. Algo maravilloso estaba creciendo en su interior y amenazaba con ahogar todos sus sentidos. Quería rendirse, pero ¿qué pasaría si lo hacía? ¿Y si él paraba? ¿La penetraría?

Julia gritó. Su cabeza se revolvió contra el pecho del hombre, sollozos suplicantes escapándosele con cada embestida.

Portia pronunció casi cada palabra acompañada de un gemido aturdido. Estaba muy sorprendida de que Knightson pudiera seguir el hilo de su lectura sin aliento.

Sus movimientos des... desesperados y espasmódicos...

Portia gritó de frustración. Ni siquiera podía acometer una palabra completa ahora.

—Basta. —Knightson le arrancó el libro y lo arrojó contra el suelo alfombrado.

—Pero... —Portia protestó, todavía sintiendo su mano medio enterrada en su entrepierna.

—Déjame decirte lo que pasa después —murmuró junto a su oído—. Conozco la historia perfectamente.

Portia se relajó recostándose contra él y cerró los ojos.

—De la mano de Raven gotean sus fluidos. —La voz profunda de Knightson parecía quemar con cada palabra que enardecía sus ya ardientes sentidos—. Un dedo ya no es suficiente para Julia y él lo sabe. Libera el que tenía dentro del coño de Julia y a continuación vuelve con dos. —Knightson empujó con fuerza su interior—. Hasta dentro, enteros, hasta los nudillos.

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