Se oía los gritos de los miembros del laboratorio. El llamado Cyrus observaba atentamente las ventanas con sus ojos dorados. No podía creer lo que estaba sucediendo.
El chico me tomó la mano y me arrastró corriendo por el paraje desolado. Me acercó a él y protegió mi cuerpo con la enorme protuberancia negra por si se acercaran balas.Por detrás de nosotros se oyó el estruendo de una explosión. Alcancé a ver como escombros volaban por los aires y, entre ellos, dos figuras caían dirigiéndose a nosotros. Mi corazón latía desbocado a medida que mis piernas corrían lo más que podían.
-No nos sigan... -exclamó Cyrus en la mente, advirtiendo a las dos figuras tras nosotros.-Queremos ayudarlos -dijo la voz del conserje mayor que oí anteriormente.
-No me refería a eso -replicó Cyrus mientras zigzagueaba esquivando los arbustos secos y troncos caídos-. Seremos un blanco más fácil si permanecemos juntos.
-El chico tiene razón, Hull -esta vez exclamó una voz más joven. Era muy dulce, como la de un chico jovial. Me dió curiosidad ver como lucía el dueño de esa voz pero Cyrus seguía arrastrándome para alejarnos lo que más podíamos del laboratorio-. Además, estoy seguro que ellos ya sintieron nuestra presencia.
Me aterró ese comentario del muchacho. ¿Se refería a los de laboratorio? ¿O alguien más nos veía desde las sombras?
Por nuestra espalda se oía un helicóptero que alzaba vuelo. Decidí voltear para ver el cielo y a lo lejos, sobrevolaba la nave plateada, tan brillante como una moneda pulida en medio del cielo. Debido a esto, perdí el equilibrio y caí al suelo, soltando mi agarre de la mano de Cyrus.
Los dos Caídos que iban tras nosotros nos alcanzaron y pude apreciar el rostro de ambos, en especial del chico de voz dulce que había llamado mi atención.
El conserje llamado Hull tenía la cara llena de atardeceres y una sonrisa bonachona, una herida sangrante era lo más notorio en su uniforme antes color verde. Por otra parte, el joven era de pelo rizado y pelirrojo. Agradables pecas recorrían todo su rostro adornando sus ojos verdes. Él fue el primero que me miró al haberme caído y quién me ayudó a incorporarme de nuevo. Sin pensarlo, me hizo subir a su espalda como si fuera su hermana pequeña y siguió corriendo con mis brazos alrededor de su cuello.Alcanzamos a Cyrus que decidió esperarnos y siguió corriendo junto a nosotros tres.
-¿No era mejor que nos separáramos? -dijo el pelirrojo con sorna al peliplata.Cyrus siguió su consejo y corrió paralelamente a nosotros.
-Amargado, como siempre.-¿Lo conoces?
-Algo así. Estuvimos juntos en experimentación. Pero siempre a sido bastante callado -su voz sonaba tan bien dentro de mi cabeza, como una melodía clásica-. Me llamo Celtic, por cierto. Lamento no presentarme como se debe.
Que buen nombre tenía. Bastante adecuado para un pelirrojo.
-Mejor llámalo Cerillo. Ese le queda mejor -mencionó Hull al saltar unas piedras apiladas.
De repente, el helicóptero se oía cada vez más lejano, como si hubiese perdido nuestro rastro. No entendía como aquello podría pasar. Estábamos a unos cuantos metros de distancia, como no nos podían divisar.
-¿Se detuvieron? -pregunté al aire y sujetándome con más fuerza.-Debimos haber llegado a la zona de los interruptores de señal. Obra de Turr, por supuesto -mencionó Hull aliviado y disminuyendo la velocidad-. Llegamos a territorio necro muchachos.
¿Necro? Me preguntaba si estaba loca porque había decidido irme con tres absolutos desconocidos de ojos dorados o porque hace unos instantes habían intentado matarme hasta mi propia madre.
Me bajé de la espalda de Celtic y contemplé el paraje a nuestro alrededor. Ya no se divisaba el edificio del laboratorio a nuestras espaldas.-Un momento, corrimos normalmente y el edificio ya ni siquiera se ve. No somos Flash para correr así de rápido. ¿Cómo hicimos eso? No entiendo nada.
-Veo que todavía no eres consciente de tu poder. Es normal al inicio. No te das cuenta del poder que acumula tu cuerpo. Así maté a tres guardias sin querer en una noche -mencionó Celtic como si fuera lo más normal de mundo.
Hull se acercó y me miró de pies a cabeza. Su rostro estaba sorprendido.
-Es verdad pero, has experimentado el cambio muy bruscamente. Apenas llevas dos días exponiéndote al virus. Es imposible que ya tenga cambios en su genoma.Busqué a Cyrus con la mirada. Solo me topé con su espalda. Contemplaba el horizonte.
-Están aquí.A lo lejos, tres figuras nos observaban. Una de ellas hizo un ademán para que los siguiéramos. Fueron adentrándose al desierto.
-Desde ahora serán Nigromantes, como yo -dijo Hull adelantándose a Cyrus e indicando el camino correcto.
-Quiero respuestas -demandé a los tres hombres que seguían ciegamente a las sombras.
-Si vienes, las obtendrás. Aunque solo las que nosotros conozcamos. Eres una de los nuestros, después de todo -mencionó Celtic con una sonrisa.
-Estoy seguro que Anubis estará alegre de poder conocerte -mencionó Hull.
-Diría que intrigado. Yo lo estoy -Celtic daba ese aire cálido que necesitaba en esos instantes. Si no fuera por su aura tan bonachona, no me sentiría cómoda en lo absoluto.
Y entonces los seguí adentrándome en el desierto como un insecto rumbo a una lámpara cegadora. Espero que no sea a morir. Pésima analogía de mi parte...
ACLARACIÓN: Las letras en cursiva representan que los personajes están hablando telepáticamente.
N/A: Últimamente estaba pensando seriamente si dejar morir esta historia o continuarla. La historia tiene madera para ser larga pero en realidad le he perdido bastante el hilo. Tengo unas ideas por aquí y por allá pero la trama ha pasado por múltiples cambios masivos y pues no ha tenido muy buena acogida que digamos. Pero nunca dejo morir una historia, veremos que sale de esto. ¿Que opinan ustedes? ¿Les interesaría que continúe esta historia vieja o me dedico a las otras?
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La caída de Ícaro
ParanormalEl ser humano es curioso por naturaleza, sin embargo la curiosidad puede ser un arma de doble filo. El caos y la muerte se han desatado sobre el mundo. ¿Quiénes son ellos? ¿Cuál es la razón de su tan violento actuar? Ellos lo han perdido todo. I...