Capítulo 2

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Parte 4: Mal de amor.

La quebrada era un lugar que estaba justo encima de un río en el que más allá se formaba un lago, ese mismo lago en el que Wirt casi se ahoga si no hubiera sido por su amiga Beatriz.

Beatriz...hace tanto que no la veía.

Wirt puso una manta en el suelo y comenzó a arreglar todo para el picnic aunque solo él comería la compañía de la Bestia era la mejor parte.

-Acuerdo?...-.

-Puedo poner su espíritu dentro de la linterna, mientras la llama este encendida él vivirá en ella...¿Aceptas ser el portador de la linterna?...O ve a tu hermano fallecer...Ven aquí.-.

-...Bien...-.

-¡Wirt!-.

-Aguarda...Es tonto...-.

-¡¿Que?!-.

-Es tonto, ¿Que ganas tú teniendo el alma de mi hermano en la linterna?-.

-¡Estoy tratando de ayudarte!-.

-No tratas de ayudarme, estás obsesionado con mantener la linterna encendida es como sí...Tu alma estuviera en ella...-.

-¡¿Estas listo para ver la verdadera oscuridad?!-.

-¿Y tú...?-.

-¡No!-.

-Deja que mi hermano se vaya. Llévalo a casa, guíalo fuera de lo Desconocido y yo seré el portador de la linterna...-.

Wirt estaba sentado en la manta esperando paciente a su amado, hasta que sintió como una oscuridad envolvía su cuerpo y como unas grandes manos con largos dedos lo abrazaban desde atrás.

-Te tardaste, estuve a punto de convertirme en árbol-. Bromeó Wirt.

-Hoy estás muy bromista, mi Peregrino-. Hablo sarcástico Bestia.

Los dos vieron el atardecer de lo Desconocido, este talvez sería el último luego de las nevadas, ya se aproximaba el invierno y debían prepararse, pero a Wirt le encantaba tener estos momentos con la Bestia, y solo hablar de trivialidades, el ambiente estaba tranquilo y romántico hasta que Bestia lanzó un comentario casi sin pensar.

-Sería diferente si fuera como tú...-.

-¿A que te refieres con eso?-. Dijo Wirt sospechando lo que pensaba la Bestia.

-Si fuera un alma humana-. Susurró la Bestia sin vacilar.

-Cielos Bestia, ¿Por qué dice eso?, estamos bien así, somos felices como estamos-. Wirt en el fondo se había ofendido, porque el amaba a Bestia tal y como era.

-Pero nunca hemos tenido una intimidad apropiada-. Dijo en voz baja la Bestia. Wirt sabia a lo que se refería, ellos jamás se habían besado, mucho menos habían tenido una relación sexual o algo cercano, pero eso a Wirt jamás le importó, no necesitaba eso, el amor que sentía por la Bestia iba mucho más allá de algo carnal, era espiritual. La Bestia tenía ese complejo porque una vez escuchó a Wirt hablar con su amiga Beatriz sobre su relación con la Bestia, pero eso fue cuando el había estado recién cuatro años viviendo en lo Desconocido, y apenas había comenzado a tener una amorío con la Bestia, así que todo era nuevo para él, no sabia que esas preguntas de adolescente las cargaría la Bestia por tantos años.

-Eso no tiene ninguna importancia, te amo, lo sabes-. Se dio vuelta para mirar a los ojos a la Bestia. -No me interesa como te veas o si tengo que siempre tocar tu piel de madera o si tengo que estar entre tu sombra solo para sentir tu calor, tienes muchas más virtudes, me encanta todo de ti-. Wirt se detuvo porque si seguía empezaría a hablar con poesía y hablar así aún le avergonzaba más si su pareja lo escuchaba.

El Peregrino de la Linterna OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora