→Tres ☼

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✎𝒮𝓊𝒶𝓋𝑒

17/15 años

Nadie podía tratar de calmar a Mark hoy. El omega había tratado de evitar este día a toda costa pero finalmente había llegado y él no podía hacer más que maldecir su suerte, ojalá hubiese nacido beta o alfa, su vida sin duda sería un millón de veces más fácil.

Pero no era el caso, había nacido omega, y un omega no querido, un omega irrelevante, una verguenza, ¡Y si todo eso no era poco hoy tenía que presentarse ante toda la manada! Así es, hoy era el día de la ceremonia, Mark había cumplido diecisiete años y era hora de mostrarse ante la luna como un omega y —Por supuesto— ante toda a manada, esta era una vieja tradición para que así cada lobo de la manada obtuviera el reconocimiento de la luna y así fuera libre de cortejar a su pareja. Claro que esto ahora era una simple tradición, ya que los omegas son acortejados incluso antes de presentar.

Claro, excepto Mark.

No quería salir de su cama, se negaba rotundamente a hacerlo, sentía protección entre sus cobijas, y aunque no tuviese sueño y su lobo estuviera aburrido no se iba a levantar, no, no iba a poner un pie fuera de su habitación. Aunque sabía que en algún momento Ten vendría a sacarlo quisiera o no de su habitación, y todo porque este era amante de esos eventos y amante de poner en ridículo a Mark probándole trajes que él mismo había hecho. ¡Pero de igual manera lucharía! Y no le importaba tener que llamar a Johnny para que controlara a su omega.

Sacó su cabeza de entre las sábanas y miró el reloj colgado en su pared, aún era temprano, demasiado temprano y quiso llorar porque no sabía cómo pasar todo el día solo encerrado en su cuarto pensando en lo patética que es su vida y, obviamente, en Donghyuck.

Oh, Donghyuck.

Se había vuelto un alfa carismático y gentil, pero estricto cuando debía serlo y tan solo tenía quince años. Y ni hablar de su hermoso aspecto, el negro le quedaba de maravilla, y sus hermosas facciones ya más crecidas y aún con su preciosa sonrisa de corazón hacían temblar el pobre corazón débil de Mark, era incluso más famoso que antes y se había convertido en el alfa más deseado, muchos omegas iban tras de el regalándole cosas y robando su atención, cosa que a Mark no le gustaba para nada, pero no podía hacer nada, solo sentarse callando sus celos por sus estúpidos sentimientos unilaterales.

Suspiró tratando de dormir en vano, oh bueno, tal vez podría "Descansar sus ojos" todo el día, sí, eso sonaba bien. Pero en el instante en que se había acomodado en su cama un grito lo alertó, Ten había llegado.

¡Dónde estás pequeño Minnie! —gritó al otro lado de la puerta, Mark se levantó de inmediato y tomó unos zapatos dispuesto a huir, afortunadamente en su habitación había una ventana don vista al patio trasero, donde tenía sus girasoles.

Corrió hacia la ventana cuando escuchó los pasos del fastidioso omega acercarse, abrió la ventana con rapidez y seguidamente salió por ésta para luego esconderse entre sus girasoles. Agudizó su oído para escuchar a Ten en su habitación.

En dónde se habrá escondido ese pequeño —escuchó al omega rebuscar en su habitación, agradeció que se había escondido entre sus girasoles para que su olor pasara por desapercibido.

Un gruñido se escuchó detrás de Ten. —Pensé que habías venido a verme a mí.

Escucho a Ten bufar, se asomó por la ventana abierta y Mark trató de esconder su cabeza entre las flores, pero fue inútil ya que había sido capturado por los ojos rastreadores del omega de su hermano mayor.

HE SMELLS LIKE SUNFLOWERS | HaeMark; OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora