→Ocho ☼

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✎𝒰𝓃𝒾𝒹𝑜𝓈

Mark mentiría si dijera que no se sentía el ser más afortunado que alguna vez existió, porque, vamos, ¡Lee Donghyuck era su novio, su alfa! Solamente suyo, y Dios, se sentía en extremo bien poder decirlo.

Había pasado ya un tiempo desde que fue en busca de Donghyuck en aquella montaña, aunque el menor tenía planeado que ambos vivieran en ese palacio que él llamaba hogar, accedió vivir en la pequeña cabaña de su novio, diciéndole; pero cuando tengamos cachorros tenemos que mudarnos Makku.

Mark era muy tímido y no era la primera vez que el alfa insinuara ese tipo de cosas, y joder que quería hacerlo, pero también sabía lo cohibido que podía ponerse y eso hacía pensar a Donghyuck que no estaba listo, ¡Y eso era ridículo! Estaba listo desde hace mucho, Mark quería llevar la marca orgullosamente en su cuello y enseñarle a todos en la manada que Donghyuck era solo suyo.

Por otra parte, sus padres saltaron en eterna felicidad al enterarse de la unión, claro, después su pobre alfa recibió regaños porque no me importa que seas el próximo líder, ¿sabes lo mucho que sufrió mi bebé? Pero todo quedó en buenos términos cuando Mark les pidió amablemente a sus padres que se comieran el pasado.

Quien tuvo mayor problemas para aceptarlo fue Johnny, pero con unas cuantas rociadas de parte de Ten lo hizo aceptarlo a regañadientes, por su parte, Ten había quedado muy encantado con la noticia tanto que le dio un fuerte abrazo a Donghyuck; aquello no terminó bien, Johnny terminó gruñéndole y a punto de saltar sobre su novio, agradecidamente Donghyuck sabía lo impulsivo y celoso que era su cuñado así que se fue rápidamente del lugar, a Mark le daba gracia que a pesar de tanto que lo odiaba, Donghyuck y su hermano eran iguales.

Estaba con su querida abuela, mostrando mucho mejor humor y armonía con su lobo, la dulce anciana lo había felicitado por su reciente unión —Que aparentemente estaba esperando hace un tiempo— pero no le pasó desapercibido el hecho de que su pequeño nieto aún no llevaba la marca en su cuello, y a pesar de que tenían mucho que aprender ese día, la abuela Seo no perdió la oportunidad de darle unos consejos a Mark sobre cómo complacer a su alfa.

Pero a pesar de la incomodidad que sonrió con su querida abuela, lo extraño comenzó cuando al salir de la casa de la alfa, el aire era espeso y se podía percibir a la perfección el aroma a canela y girasoles.

Oh, no sabía cómo pudo pasarle desapercibido el celo de Donghyuck, el alfa se había mostrado mucho más posesivo y gruñía a cualquier persona que se le quisiera acercar, Mark en su ensoñación no se percató de las claras señales de posesión de su alfa.

Su lobo saltó como loco en su interior, nuestro alfa está en celo, ¡está en celo! Gritaba con emoción en el interior de el omega, Mark olisqueó el aire llenándose de ese delicioso olor, sus mejillas se habían teñido de rojo pero por nada del mundo iba a escapar, la luna solo sabía lo tanto que había esperado este día, y nada le iba a evitar que Donghyuck tomara su cuerpo como y tanto había soñado. Así que sin esperar más se fue camino a su cabaña en busca de su alfa.

A medida que se acercaba el olor se hacía más fuerte, en el camino a su cabaña pudo ver cómo algunos omegas merodeaban por ahí, extasiándose con el aroma de su alfa, Mark les dedicó una mirada de advertencia y gruñó al ver como uno caminaba hacia la puerta de su casa porque, quiere asistir al alfa Lee.

—Él ya tiene a alguien para eso, largo. —espetó fuerte con una voz muy grave, que asustó al omega, este lo miró con molestia y se fue.

Respiró profundamente antes de entrar a su cabaña, abrió lentamente la puerta y el aroma de Donghyuck se intensificó, el menor estaba apoyado en el marco de la ventana, sus ojos estaban cerrados y respiraba con dificultad, Mark sabía muy bien a qué se debía eso, se estaba conteniendo, Donghyuck aún tenía ese ridículo pensamiento de que él no estaba listo.

HE SMELLS LIKE SUNFLOWERS | HaeMark; OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora