Destiempo

39 3 0
                                    

Me levanto temprano, el sol todavía se está levantando sobre el horizonte. Quito la música y voy hacia la ducha. Me pongo una toga blanca, unas sandalias y cojo a Colibrí, la casa está en silencio. No escucho los cánticos de las naras, es como si se hubiese detenido el tiempo.

Decido bajar al piso de abajo, y al llegar, nadie, mi padre seguía en paradero desconocido.

Decido salir afuera y me llama la atención la ausencia total del viento, y eso no es lo usual por aquí.

De repente, se me viene a la cabeza la imagen de los libros prohibidos. Podrían tener algo que ver, pero, hacía mucho tiempo que no les echaba un vistazo. Entonces, ¿por qué ahora?

Voy a la escuela, alomejor allí hay alguien.

Aparentemente la UEC también estaba detenida en el tiempo, las flores no se movían, pero eso se debía a la ausencia de viento.

Un grifo de las cercanías está abierto, y de este emanaba agua, pero el agua está como congelada. Me acerco y cierro el grifo, pero no ocurre nada. Sin embargo, al pasar la mano a través del agua, el agua sale de la detención temporal, y cae de repente en el suelo, noto también que mi mano está mojada y caen de ella algunas gotas de agua.

La detención temporal se había interrumpido al interactuar con ella.

Entro en el instituto y no encuentro a nadie, sin embargo, al pasar por una de las salas escucho un leve sonido, me detengo y cuidadosamente miro dentro de ella. Pero la figura se da cuenta de mi presencia.

- ¡Hola Atenea!

- Hola, ¿qué haces aquí? -le pregunto a "el dios de la brasa"

- Esperar a que suene la campana y llegué más gente, para poder empezar la clase.

- Me estás tomando el pelo, ¿no?

- Creo que no, ¿sucede algo?

- ¿Es que no te parece extraño lo que ocurre?

- ¿Qué ocurre?

Incrédula ante la ignorancia de mi amigo, le cuento todo lo que ha pasado desde que me levanté, salvo el tema de los libros prohibidos.

- ¡Ah, eso!

- ¡¿Cómo que "ah, eso"?! ¡¿Es que te parece normal?!

- No, pero no le di importancia.

Dejé el tema, "el dios de la brasa" no parecía entender lo que ocurría.

- Ven, vamos a buscar a más gente.

- ¿Quieres que me abstenga de las clases?

- ¡Tú sólo ven!

Salimos del edificio con la intención de encontrar a más gente.

Las divinidades en la escuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora