Hades y el Inframundo

411 17 4
                                    

Llegamos a la siguiente clase, como siempre, Hermes ya estaba acomodado desde hace un buen rato en su silla... Sus zapatos con alas le concedían una gran velocidad. Así era que en los campeonatos de atletismo para divinidades (CAD) siempre quedaba en el primer puesto, su cama, por lo que nos contaba, estaba hecha con las medallas y trofeos que iba ganando. Recientemente nos dijo que estaba pensando en dejarse ganar, se aburría de tantas medallas. Sin embargo, también nos dijo que aunque le da vueltas a esa idea, su orgullo nunca le permitiría perder...

Al contrario de lo que podría pensar Zeus y Poseidón, Hades era un dios muy majo, casi nunca nos mandaba deberes para casa, y su mascota de tres cabezas, Cerbero, ayudaba a deshacerse de los exámenes una vez que estaban corregidos y ya habíamos tomado nota de los fallos que se habían cometido. Y sí, para deshacerse de los exámenes les prendía fuego, lo que era algo muy divertido. No sólo nos caía bien Cerbero por sus llamaradas, sino porque cuando dábamos clase, se paseaba por la estancia permitiendo que le diésemos caricias, pero sobre todo, le gustaba tumbarse y que le acariciásemos la barriga.

Hoy nos tocaba ver las parábolas.
Para ello, Hades nos planteó como resolver un problema a partir de las parábolas, basándose en la puerta que custodiaba su mascota, la entrada hacia el inframundo.

- ¡Ares! ¡¿Cuántas veces te tengo dicho que no le lances espadas a Artemisa?!

- Ya...

- Lo peor va a ser para ti al final... -dice Artemisa tensando su arco y apuntándole.

- ¡Relajaros! ¡O la furia de Cerbero os consumirá! -grita Hades señalando a su mascota.

- Siempre estamos con lo mismo... -digo por lo bajo.

Al acabar la clase, nos vamos para nuestras respectivas casas, veo como Hades, baja de nuevo al inframundo..., solo, sin Perséfone. Y eso no nos beneficiaba.

Las divinidades en la escuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora