CAPÍTULO UNO

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Esos sueños nuevamente, es irrelevante, lo sé, pero me siguen perturbando...

-Dania, gritó mi madre.- Tienes que ir a la escuela, no querrás llegar tarde de nuevo, cierto?

-Claro que no. Dije con una nota de fastidio en mi voz.

Apenas era mi primera semana en preparatoria, para ser más exacta mi tercer día, no fue mi culpa el haber llegado tarde, hubo un choque a 20 minutos de la escuela y yo claramente no soy la reina del tráfico para ordenar que se quitaran o algo así, en fin un mal día lo tiene cualquiera.

Bajé las escaleras un poco enojada, mi hermana Liria de nuevo hizo un desastre en mi closet, parece una niña pequeña aunque tiene 28 años, tiene un buen trabajo pues es gerente en una tienda de ropa muy prestigiosa en el centro,además es  fashionista de corazón, para ella repetir zapatos en una semana es como si cometiera el peor de los pecados. Para mí también es importante la ropa, pero no soy tan exagerada como ella.

-Liria, de nuevo es lo mismo, ya estoy cansada de esto.-grité

- Vamos Dania, no reniegues por una blusa, se hace tarde-Movió los ojos.

-Esto lo tenemos que hablar luego, porque tienes razón, ya es muy tarde.

-Yo siempre tengo razón.-Soltó Liria con un tono de sarcasmo.

No quería quedarme callada, pero si no movía de una buena vez los pies no iba a llegar a tiempo, me despedí de mi madre y de Liria.

-Yo igual ya me voy.-Dijo algo apurada mi hermana.

Caminé  cinco minutos para llegar a la estación del autobús y por suerte o mala suerte, la verdad no lo sé, recordé...

-MIERDA'- grité.

Una señora me escuchó y me dijo.-Pero muchacha, ese vocabulario.

Tenía razón, pero en circunstancias difíciles a veces era bueno soltar una grosería, estudios dicen que calma el enojo, aunque no se si sea verdad.

 El problema fue que había olvidado mi usb para clase de tecnología, era responsable pero otro mal día también lo tiene cualquiera (Excusa para personas que no son responsables).

Pensé en regresar por el a casa, no estaba lejos, pero era eso y llegar tarde de nuevo ó llegar temprano y sin una herramienta para guardar mi trabajo de la tercera clase.

Me decidí por volver casa tal vez tendría suerte y por cosas del destino si llegue a tiempo., cuando iba llegando a la puerta logré oír;

-Paula, estoy preocupado por nuestra hija, nuevamente me llamó en la madrugada asustada diciendo que todo era culpa suya y por eso esa persona murió, la verdad cada vez entiendo menos esta situación.

- Lo sé John-contestó mi madre intrigada.- Cada noche sucede lo mismo y no sé qué hacer, el psicólogo dijo que era pasajero y que no nos preocupemos, pero ya es demasiado, en el peor de los casos la tendríamos que internar para que esté vigilada por expertos.-Dijo mi madre angustiada.

-No voy a permitir que internen a nuestra hija por un simple sueño, me preocupa su integridad, así que debe existir otra solución.

-Pero ya no sabemos que hacer, tienes que entender que si no hay otra opción, eso será lo mejor a dejarla y que se vuelva loca.-Mi madre se limpió una lagrima en su mejilla.

-Hay que dar un plazo de tiempo, y si nada mejora haremos lo que dices ¿Te parece?.-Replicó mi padre.-Tal vez un mes.

-Es demasiado tiempo.

-Es lo necesario para que se le olvide este tema.

-No se le a olvidado en meses.

-Pero lo hará.-Dijo mi padre con la voz quebrada.

Me sentía extraña saber que mis padres estaban hablando de mí y más que estaban considerando la idea de llevarme a un manicomio o algo así, además no entendí como llegó mi padre tan rápido si tan solo habían pasado unos minutos desde que mi hermana y yo nos marchamos.

Tenía dos meses que dejé el psicólogo, mis padres lo consideraron por su divorcio y a mi no me pareció mala idea,hablar de mis emociones no era malo, todo fluía bien conmigo lo de su separación lo tomé bastante bien, llevaba buena relación con ambos, hasta ahora me iba bien en la escuela, pero no todo es color de rosa en esta vida, existía algo que sí que me preocupaba y más que eso me aterraba.

Que se ocultara el sol y llegara la noche, y¿Por qué? bueno, porque en las noches tenía que dormir y al dormir siempre soñaba...

ÉL NO ERES TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora