ÉL NO ERES TÚ

CAPÍTULO 2

Metiche y distraída fui,metiche y distraída soy , metiche y distraída seré.

Definitivamente estaban hablando de mí, era raro escuchar a mi padre en casa pues cuando nos veía era en alguna plaza para ir a cenar o al cine, sí que consideraban muy importante lo de mis sueños, y no era para menos, si cada vez que duermo sueño cosas muy raras cada noche, estuve investigando todo ese tema de los sueños pero sinceramente las explicaciones que da internet me parecen absurdas.Inicie buscando ¿Qué significan los sueños? y terminé en un sitio web llamado Amarre efectivo para conseguir al hombre de sus sueños, por supuesto que yo no busqué ese sitio, las páginas me fueron conduciendo a él, mi punto en todo esto es que es ilógico que internet tenga la respuesta ante cualquier problema, al menos ante el mío no.

Las imagenes que veo en mi cabeza cada noche son realmente aterradoras y un tanto macabras, me veo en el suelo arrodillada con un cuchillo grande y muy afilado en las manos, lleno de sangre y a una persona en un piso de tierra, pero solo sé que es una persona por la silueta, pues no distingo nada más.

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Decidí no entrar a la casa, dejarlos conversar me pareció buena idea,tal vez así arreglarán otros asusntos. Regresé con las manos vacías a la estación de autobús, y como era de esperarse se me pasó la hora en que el camión pasaba, así que solo me dediqué a esperar el siguiente.Tenía que estar mentalizada que llegaría tarde, pero algo dentro de mí me decía que iba a llegar temprano, creo que fue algo así llamado instinto.

Mi primera clase es a las 7 de la mañanay al parecer mi instinto estaba funcionando, pues no había tráfico, pero eso de empezar los días con el pie izquierdo se me daba muy bien.

Llegue 10 minutos después de las siete, pero mi vergüenza es mucho más grande, así que decidí no entrar a álgebra,estoy consciente que fue un acto irresponsable pero me propuse que no se volvería a repetir, siempre y cuando estuviera en mis manos. Además llegué un poco sudada por correr de la parada hacia la entrada, lo único que se me ocurrió fue ir al baño para arreglarme un poco. Como todos estaban en clase me encontraba sola y fue algo que agradecí bastante, no sé si soy la única pero detesto ir a baños donde tienen que ir muchas personas y que esté repleto de gente, lo cuál es tonto porque justamente son públicos.

 Luego de salir del baño,me dirigí a las canchas de basketball, y al parecer iban a iniciar entrenamientos,empezaron a llegar chicos y chicas con ropa deportiva, me percaté que habían dos chicas a mi derecha, estaban conversando aunque no entendí muy bien de qué,igual no era algo que me importara,  de mi lado izquierdo y un escalón abajo se situaba un chico, no le miré la cara pero llamó mi atención el hecho que movía manos y piernas de una manera muy nerviosa,lo primero qque pensé es que le había sucedido algo grave, me dirigí hasta él y muy afable le dije:

-Muchacho te sientes bien?

Él pareció quedarse perplejo ante mis palabras,lo digo porque en ese momento dejo de moverse como lo estaba haciendo, sin voltear ni decir nada simplemente tomó su mochila y se fue.

Me enfurecí un poco, pero entendí que al igual que la conversación de las chicas no era de mi incumbencia, aunque no puedo negar que lo del chico sí me dejó algo intrigada.

Dentro de mis pensamientos, recordé que no podía estar ahí el tiempo que se me antoja, así que saqué mi teléfono y me dí cuenta que faltaban 20 minutos para entrar a tutoría y por mientras me dediqué a observar el entrenamiento.

-James, el balón,no seas idiota- dijo un chico

-Ya voy, tranquilo- contestó el aparentemente llamado James

Él chico muy alto, delgado aunque se le podía apreciar los músculos tenuemente marcados, su cabello negro despeinado y algo sudado, se acercó a mí, observé su rostro con más atención, sus ojos grandes cafes y realmente hermosos me miraron, noté que el sudor que emanaba desde su cabello caía hasta sus delgados y rosados labios.

Aún no me explicaba por qué me veía, pero lo entendí en el momento que dijo:

-Oye,me puedes pasar el balón por favor, es que cayó en tus pies.

-Qué?- fue lo que dije

- Que si serías tan amable de pasar el balón que está justo en tus pies,-soltó de una forma algo molesto

-A sí, toma- y le pase el balón sin más

Tanto me había embobado, que no me percaté en qué momento cayó el balón EN MIS PIES, osea era ilógico no notarlo. Pero tal cual a veces así era de distraída.