CAPÍTULO 4

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Cuando nos gusta alguien, le buscamos explicación a lo que es muy fácil de entender.

Dania, vienes?- dijo Martha a lo lejos.

Eso hizo que saliera de mis pensamientos y de esa sensación extraña que sentí.

El chico no dijo nada más, tomó su mochila y se marchó.

-Sí ya voy.-contesté

Cuando llegué con ella, me percaté que estaba junto a dos chicas.

-Soy Karla-dijo la primera.

Una muchacha bastante alta,un poco robusta de cabello negro y sonrisa perfecta.

-Yo soy Elif- mencionó la otra chica.

Era rubia, ojos verdes, delgada y no pude evitar ver que tenía una gran cicatriz en el cuello, no le quise preguntar para no incomodar, igual no era normal ni correcto conocer a alguien e indagar en su vida en un momento.

-Pues como ya escucharon yo soy Dania.-solté

Caminamos hacia la cafetería, Martha,Karla y Elif estaban conversando pero yo no podía dejar de pensar en la mirada imponente de aquel chico.

-Y si regresamos al salón- mencionó Elif

Sí, nos tenemos que mover al salón de computación.-contesto algo molesta Martha.

-Dania, no vienes?-comentó nuevamente Elif.

-Sí, claro ya voy.

Recordé, que no llevaba el usb para guardar mi trabajo del día, pero no era para tanto, apenas era la primera semana así que no perdería mucho.

Cuando llegamos al salón, me senté en una de las computadoras de las esquinas, y me dí cuenta que sobre el escritorio había un usb, al parecer alguien estaba teniendo un mal día también.

Me ganó la curiosidad y decidí revisar qué archivos tenía el usb, cuando lo conecté a la computadora miré que había dos uno decía trabajo de tecnología, y otro decía; lo que aquella vez pasó.

Cuando estaba a punto de abrir el segundo archivo me dí cuenta que el profesor estaba detrás de mí y solo dijo:

-Señorita, por algo hay una nota en la pizarra que dice muy claramente NO PRENDER LAS COMPUTADORAS.-dijo en un tono molesto

-Es verdad, no vuelve a suceder.

-Bien, pues eso espero. hoy no serán necesarias las computadoras, pues solo daré una explicación.

Genial, solo eso faltaba, regañada y mis ganas por saber de quién era el usb y que contenía ese archivo esperarían a que llegara a casa.

El día transcurrió rápido, luego de clases había partido de basketball. No sabía si quedarme o simplemente llegar a casa para ver que contenía en USB.

Había quedado encantada con James, así que mi curiosidad pudo esperar un poco.

-Yo iré a ver el partido.- les mencioné a las chicas

-Sí, de hecho te íbamos a preguntar si querías ir.- dijo con un tono de emoción Karla.

-Por supuesto que quiero ir.

-y esa emoción, acaso te gusta mucho el básquetbol?- dijo Elif con un tono de picardía en su voz.

-puede ser que haya muchachos guapos ahí no?.-Dije con algo de interés.

Nos dirigimos hacia las canchas y el partido ya había comenzado estaba repleto de gente y sólo quedaban lugares donde los jugadores dejaban sus cosas, daba igual el lugar pues en ese momento sólo me importaba estar ahí por un solo jugador.

Es verdad, en la mañana no fue un buen comienzo pero realmente era guapo ese tal James, no perdía nada si hablaba lo peor que me podía decir era que ya no le hablara, pero yo aparte de metiche era muy insistente.

El partido transcurrió y por fin terminó, las chicas me habían dicho que se hizo tarde pero yo no iba a perder la oportunidad de entablar una conversación así que me quedé al final.

Cuando ya quedaba poca gente, hablé y dije:

-Buen partido.

-Gracias, pero perdimos.- dijo con algo de burla.

-Sí, pero eso no quita que jugarán bien.

-Si hubiéramos jugado bien, hubiéramos ganado no crees?.

vaya que James era algo arrogante, Pero eso no le quitaba los sorprendentemente atractivo que era.

-no todo en esta vida se trata de ganar.

-Tienes un buen punto

-Me llamo Dania- dije con un toque de nerviosismo.

-Pues bien por ti Dania.

-No me dirás tu nombre?.- dije dubitativa.

-James, y por si también te interesa saber, voy en ultimo año, quieres mi curp o estamos bien?-Dijo con un tono de fastidio en la voz.

-Tranquilo sólo quería hacer plática.- conteste algo molesta.

-Bien Dania, ahora sí me disculpas tengo cosas que hacer.

No respondí y simplemente me marché a casa.

En el camino, iba pensando en sus palabras y era tan tonta qué le quise encontrar una explicación a lo que estaba muy claro, simplemente pensé:

Tal vez se quiso hacer el interesante.

Pero era claro que eso no es así.

ÉL NO ERES TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora