CAPÍTULO 14

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Madre mia, que cuerpo!!!!!

Tenía dos opciones, como casi todo en la vida. Podía irme a casa y llorar hasta secarme ó podía volver a ver a Kaleb, hacerle todas las preguntas que había guardado en lo más oscuro de mi ser y entender algunas cosas.

El sonido del teléfono me hizo reaccionar:

James me mandó un mensaje diciendo que el taxi estaba afuera, al parecer su cita especial con Karla no impidió mandarme segura a casa.

Salí del salón y enfrente estaba el taxi,abrí la puerta , eché una mirada alrededor y tomé una decisión.

-Señor, disculpe ¿Cree que me pueda esperar algunos minutos?.-solté con una voz quebrada y llorosa.

-Sí, por supuesto.¿Está todo bien?.-Me miró por el retrovisor.

-Ahora vuelvo.

Caminé hacia atrás de la gran estructura, estaba todo muy oscuro ramas y hojas secas que crujían al caminar por encima.Observé a mi alrededor pero no había pista ni de Martha ó Kaleb.

Decidida a regresar al taxi logre escuchar:

-Shhh.

Volteé rápidamente pero no miré nada.

-Detrás de los árboles.-Reconocí la voz de Martha.

-Parece el bendito bosque,¿Cuáles árboles?.-Grité.-A ya sé, los que tienen hojas y un tronco.-Moví los ojos.

-No cambias corazón.-Salió de la oscuridad una sombra llamada Kaleb.

Se acercó a mí,su cabello estaba despeinado, ya no usaba el mismo traje, ahora era ¿De mesero?, bueno eso parecía, solo que sin el moño ni la camisa solo el saco,su cara estaba algo sucia y se percibía de él un hedor muy fuerte.

Aún en su estado, las manos comenzaron a sudarme, los latidos a acelerarse y comenzó una fuerte sensación de palpito en las piernas.

-Te dije que ella nos tendría que encontrar.-Le dirigió Martha una mirada de decepción.

-Esto no es un juego, aparte no sé qué hago aquí.-Dí vuelta y caminé unos pasos, pero la voz de Kaleb me detuvo.

-Si estás aquí es porque te interesa estarlo, así de sencillo.

Fue molesto que lo dijera, pero más molesto era que tenía razón.

-Yo los dejo.-Rio Martha

-Pero querías hablar conmigo.

-No Dania, el que quiere hablar contigo soy yo.-Replicó Kaleb.

Martha se alejó y no le presté más de mi atención.

-¿Por qué tienes esa ropa y por qué estás así de sucio?-Dije con voz burlesca.

-Al salir del salón y venir hacia acá, tropecé y caí en algo que quiero pensar era lodo.-Bajó la cabeza

No pude contener la risa, pero era mejor cambiar el tema para que Kaleb no se sintiera tan incómodo. 

-Hace frío.-Mire al cielo.-Vamos a mi casa.

-Señorita me encanta esa propuesta.-Dijo con un tono pícaro.

-No me malentiendas, si quieres en otro lugar, pero aquí no, que hace frío.-Me crucé de brazos.

Pensándolo bien fue un pésimo comentario,pues ¿A dónde podíamos ir a esa hora de la noche?

-Claro lo sé, no te preocupes,Martha ya me contó que estás en una relación con James.

-Estaba.-Le corregí.

Mientras nos dirigimos al taxi le conté lo que pasó con James.

-Es un imbécil.-Dio un suspiro largo.-Pero Dania,cuando alguien te quiere es inevitable no verlo, pero cuando no te quieren tiene que ser vitable verlo.

-No necesito que me regañes.

-No lo hago,por cierto no te dí mi saco porque no quiero andar desnudo.

-No te preocupes.-Pero a ser sincera no creo que eso me hubiera molestado.

El camino fue callado, no sabía si había sido buena idea llevarlo a mi casa, técnicamente no sabía nada de él, pero me generaba confianza, además ¿Qué es lo peor que podía pasar? solo es un muchacho atractivo de 18 años que entrará a mi casa de madrugada, a cualquiera le pasa,todo sea por tener una buena historia que contar cuando sea vieja.

Llegamos y lo primero que hizo fue quitarse el saco.¡Madre mía! le sentaron muy bien estos últimos tres años.

-Linda casa.Soltó

Lindo cuerpo.-Pensé

-¿Te molesta que me haya quitado el saco?.-Preguntó

-No, se nota que te queda algo ajustado.-Reí

-Solo un poco.

-¿Quieres una taza con café?.-Encendí la luz de la cocina.

-Sí, por supuesto.

Le entregué el café, me senté en el sofá marrón de cuero y prendí la lámpara.Él se acomodó en frente de mí en un sillón negro, tenía el torso desnudo eso hacía que no me concentrara en su cara hasta que dio un sorbo a la taza y dijo:

-Bien Dania, le daré respuesta a preguntas como ¿Por qué mi extraño comportamiento?¿Por qué te dije que eras tú?¿Por qué aquella vez te aseguré lo de los sueños?y lo más importante ¿Por qué me fui?

-Entonces comienza a hablar Kaleb...

ÉL NO ERES TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora