XII

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Su pequeña e improvisada cita se prolongó hasta que el sol se escondió entre las colinas. Había sido una buena tarde en compañía de Harry, el idiota de su novio estaba volviéndose empalagoso como la miel, aunque debía admitir que eso no le molestaba, de cierta forma le causaba ternura.

Entró a la habitación que compartía con sus amigos esperando encontrarse con ellos, sin embargo, el lugar estaba oscuro y el silencio reinaba en la recamara, al menos hasta que un suave sollozo interrumpió la tranquilidad de la noche.

—¿Theo? —Preguntó Draco con cautela, siendo consiente por primera vez del bulto escondido bajo las sabanas de su amigo.

Lentamente se acercó a Nott, era extraño verlo así, ni siquiera con la muerte de su padre se había escuchado tan destrozado. Con la mano temblorosa quitó la sabana del rostro de su amigo, encontrándose con sus ojos cerrados y ríos de agua salada bajándole por las mejillas.

—¿Theo...? —La pregunta del rubio se interrumpió por el ruido de la puerta siendo abierta y el grito de uno de sus amigos.

—¡Llegó por quien lloraban! —Dijo Blaise con una suave risita, Pansy suspiró con fastidio empujando a su amigo, Vincent y Gregory rieron a carcajadas por la ocurrencia de su amigo.

Un silencio incomodo se formó en la habitación cuando Malfoy trató de matarlos con la mirada y un nuevo sollozo de sufrimiento puro golpeó las paredes.

—Querido, ¿Qué pasa? —Pansy, como la mamá gallina que era, se acercó a su amigo, sentándose en el borde de la cama acariciándole la mejilla.

—¿Qué le hiciste Draco Lucius Malfoy Black? —Preguntó Blaise con los brazos cruzados sobre el pecho.

—Si, claro, culpen al pobre ángel rubio —se quejó en un suspiro.

—¿Pueden callarse? —Regañó Pansy.

El par asintió con una mirada de disculpa, habían tratado de quitar el ambiente tenso que se había formado en el lugar.

—Ven, cielo, siéntate —

Como un muñeco de trapo, Nott obedeció a Pansy, se sentó con la espalda recargada en la cabecera de la cama y la mirada vacía. No lloraba solo por él, sino por el cuarteto de amigos enamorados que tenia, no podía evitar pensar en lo mucho que sufrirían al darse cuenta que lo que habían vivido los últimos días no era mas que una cruel mentira. Al menos él ya estaba acostumbrado a ser utilizado para placer de otros.

—¿Qué sucedió, Theo? —Preguntó Draco en un susurro suave.

Por un momento la serpiente consideró quedarse callado, dejarlos que siguieran en una farsa, pero cuando su corazón dejó de confundir a su cerebro se dio cuenta de que no quería que los humillaran. Respiró profundo calmando los hipeos y soltó el aire ruidosamente.

—Descubrí algo que me dolió —Comenzó —Longbottom habló conmigo porque pensó que estaba dormido.

Sus amigos se sentaron alrededor de él sobre su cama, escuchando con atención lo que decía.

—Cuando se dio cuenta de que realmente no dormía, le pedí una explicación —La garganta se le cerró. Se odiaba por ser tan débil emocionalmente.

—No cuentes las cosas a medias, querido ¿Qué fue lo que te dijo el idiota? —Pansy le quitó el cabello de los ojos en un tierno gesto.

—Que todo Gryffindor hizo una apuesta para enamóranos, acostarse con nosotros y finalmente humillarnos frente a todos —

No tuvo la fuerza para mirar como sus amigos se rompían, por un momento todo se quedó en silencio, hasta que Crabbe emitió un sonido ahogado, Goyle se levantó y se encerró en el baño que compartían, Blaise gritó maldiciones entre sollozos y Draco, él simplemente no reaccionó.

ENAMORA A UNA SERPIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora