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Fred x Goyle

Domingo por la mañana y él ya estaba despierto, a diferencia de Blaise, que amaba arruinarle la vida a las personas, él se arregló en silencio, tratando de no perturbar el sueño de ninguno de sus amigos.

Había quedado para estudiar con Fred, pues el fin de curso estaba a la vuelta de la esquina y no quería fallar en los últimos exámenes.

Debía admitir que aceptar que Fred buscara su perdón y una segunda oportunidad, fue una buena decisión, el chico se comportaba como un caballero siempre que estaba con él, le ayudaba a las tareas -al menos lo que entendía- e investigaba si algo se le complicaba.

Cuando le pidió ser su novio por segunda ocasión, fue sencillo, en privado y con un ramo de rosas blancas naturales con un olor exquisito, hubo lágrimas y risas y finalmente tu "si" para Fred.

Afortunadamente sus amigos se lo habían tomado bien, al menos eso trataron de aparentar, sin embargo, de vez en cuando Pansy y Draco hacían comentarios despectivos sobre cualquiera de los leones y debía admitir que no le gustaba que insultaron a su novio sin conocerlo realmente, era lo mismo que los Gryffindor habían hecho con ellos.

Por otro lado, había estado muy tenso las últimas semanas, no por él o su relación amorosa, sino por sus compañeros, específicamente Draco y Theo, pues Vincent tenía alguien que le mandaba cartas bonita, y él rubio y su amigo el malote parecían almas en pena arrastrando pesadas cadenas y aun cuando decían que todo estaba bien, que ya no dolía, en sus ojos la tristeza todavía brillaba.

Quiso animar a Draco llevándole manzana, dulces y otras golosinas, pero eso no funcionó, al final le compró un león de un metro que lo hizo sonreír y reír como niño. Ahí comprobó que su amigo aún quería al estúpido Gryffindor que le huía, sin embargo él sabía el motivo, Fred le había confesado que ninguno de sus compañeros le había dicho que la apuesta de los Slytherin era un completa farsa.

Con Theo fue más difícil, tuvo que recurrir a Pansy por ayuda, porque con él los dulces no servían y asesinó al peluche, lo único que lo había animado un poco fue recibir la carta de Viktor Krum, pero eso duró poco pues el rumor de que Neville estaba saliendo con la Lunática cobró vida y a pesar de que todos le dijeron a Theodore que no creyera en eso y mejor le preguntada al tonto, este decidió que los chismes eran mejor que verificar. Se rindió dos semanas después y dejó que siguiera con el tóxico, al menos él le sacaba risas.

Suspiró viendo a los chicos dormir, la noche anterior había sido una locura con Vincent llorando por su león cabeza hueca y Blaise tratando d e ocultar su felicidad por respeto a tu casi hermano.

Salió de la habitación con rumbo a la biblioteca, Fred le había pedido verse ahí porque quería ayudarlo a prepararse, pero sabía que era un pretexto, simplemente quería estar a solas.

Una vez en el lugar buscó el sitio más alejado, encontrando ahí al pelirrojo con un montón de libros alrededor, estudiando como si de eso dependiera su vida, aunque en ese momento así era.

—Buenos días —Lo saludó en un susurro.

—Buenos días, cariño —El pelirrojo le sonrió, como si fuera lo más bello del mundo.

—¿Ya desayunaste? —Goyle se sentó a su lado, analizando todo lo que estaba sobre la mesa.

—No, te estaba esperando, quiero desayunar contigo... En realidad quiero pasar el día contigo —Le dijo Fred.

Antes de responder, Weasley lo tomó del mentón y lo besó, tan lento y suave que se sintió derretir.

Su cerebro se apagó y no supo que decir cuando terminaron el contacto, por fortuna, Fred le sonrió y le tendió algunos pergaminos.

ENAMORA A UNA SERPIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora