Donde la madre de Raúl obligaba a su hijo a ir al cyber para hacer amigos y por casualidad conoce a luzu en un videojuego.
"Hey, los niños no lloran, todo esta bien"
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la historia se desarrolla en los años 90's, d...
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Raúl estaba acostado en su cama, con los ojos cerrados y una sonrisa en sus labios, estaba más feliz que nunca, había dado su primer beso, y no salió para nada mal, lo único que alumbraba su habitación era la luz amarilla que radiaba su lampara, había pasado un día desde que sucedió todo, recordaba cada movimiento del mayor con detalle, cada caricia, cada mirada y cada la latido que pudo escuchar de él. No hablaron de eso cuando despertaron, solo se dedicaron lindas miradas que demostraban que ambos disfrutaron de lo sucedido, cuando se fue por la mañana se dieron un largo abrazo para sellar todo lo que había pasado, para que no quedara como un simple error, una confusión, los dos estaban al tanto de que les gustó ese beso, y que se emocionaron cuando pasó, Raúl seguía emocionado, sintió como si Borja hubiera sido un besador experto, se sintió tal cual como él lo imaginaba.
Sintió a su gato subirse a su lado arriba de la cama, de inmediato lo tomó entre sus brazos y acarició su fino pelaje, amaba a ese pequeño, amó adoparlo y estaba seguro de que iba a estar durante mucho tiempo con él. Suspiró tratando de tener un pensamiento claro ¿serían novios ahora? se preguntaba con confusión, no tenía idea del mundo del noviazgo ya que nunca nadie se había interesado en él, pero ya le robaron un beso y no sabía qué debía hacer ahora. Eran las diez de la noche, bastante temprano, entre sus pensamientos lo más razonable que pasó por ahí fue llamar a Borja, de inmediato, corrió a la cocina con la gran manta tapando sus hombros y marcó el numero de la casa de Borja, sus padres estaban de viaje, con esos señores importantes que les había comentado su amigo, por eso pasó todo lo de ayer. Sonó el tono de llamada un buen rato, y eso que Borja tenía un teléfono para él solo en su cuarto, pero apenas lo usaba.
—¿Hola? —sonó la voz de una mujer, pudo deducir de inmediato de que se trataba de la amable señora que ayudaba con los labores de la casa
—¿Hola? ¿Está Borja? —preguntó con un poco de timidez, era de noche y aún así era raro que un niño llamara por teléfono a esas horas
—Oh, Raúl —sonó la alegre voz de la mujer lo cual le provocó una sonrisa en el rostro al menor, escuchó cómo le indicó a Borja con un solo grito para no tener que dejar el teléfono ahí y esperó a que el chico entrara en la linea, al escuchar, un ruido fuerte de sabanas en la llamada ella colgó, dejando a ellos solos hablando.
—¿Luzu? —dijo el menor en voz baja, llamando la atención de su amigo
—¡Raúl! —exclamó lo más bajo que pudo y una breve risa sonó seguido de eso— no esperaba que llamaras
—¿Estabas durmiendo? —preguntó inocentemente y se apoyó en la pared para no cansarse
—Algo así —murmuró y se escuchó como se escondió bajo sus sabanas para no ser escuchado— oye.. —dijo el mayor, recibiendo un "¿Mhm?" de parte de Raúl, abrazó una de sus sabanas con fuerzas, avergonzado— ¿te gustó lo de anoche?
