once

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quedense hasta el final, hay información importante <3

—Sé que te gusta pero no lo podemos hacer todo el tiempo —dijo el mayor en voz baja regañando Raúl— se siente lindo, si, pero ahora no podemos hacerlo

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—Sé que te gusta pero no lo podemos hacer todo el tiempo —dijo el mayor en voz baja regañando Raúl— se siente lindo, si, pero ahora no podemos hacerlo

—Venga, solo uno, por favor —murmuró y empujó su brazo levemente, el contrario solo soltó una risa y siguió observando la pantalla de la computadora

—Luego —le dedicó una sonrisa, notó como Raúl fingió ese enojo mientras siguió jugando concentrado en el juego— hey, no te enojes —rió y acarició la espalda del pequeño, ese solo le apartó su mano y evitó mirarlo— ¿qué tengo que hacer para que me perdones?

—Dame un beso —susurró volviendo a juntar su mirada con la de Borja, sin querer el de pecas formó una bella sonrisa enamoradiza en su rostro, mientras miraba con atención las mejillas que se sonrojaban cuando el las miraba— solo uno si quieres

—Vamonos ¿vale? —notó de inmediato como la sonrisa de Raúl recobró vida una vez más, apagó el ordenador al igual que su acompañante y salieron del local una vez más en una fría tarde donde a penas se podía visualizar el sol que debería estar entregando unos calidos rayos de calor, pero en vez de eso solo era tapado por nubes grises que traían viento con ellas

Como de costumbre Raúl se aferró al cuerpo de Luzu ya encima de la bicicleta, apegando su cabeza en la espalda del castaño, cerraba sus ojos con fuerza tratando de que el aire no le pegara a la cara, iban a casa de Borja como otras veces, subiendo la gran cuesta, su casa estaba demasiado arriba y podría apostar que él era el único que vivía en esa cuadra, porque si, no había ningún auto en ese lugar y menos habían personas.

Finalmente al llegar Luzu dejó su bicicleta a un costado de la casa y ambos se adentraron a la casa, corriendo de inmediato a la habitación del mayor, compitiendo por quien llegaría primero, eran tan solo unos niños a pesar de toda maldad que hicieran.

—¡Te gané! —exclamó Raúl tirandose a la cama con prisa, se sacó sus zapatos y tomó una almohada que inmediatamente se la tiró a Borja, ese solo logró cubrirse con sus brazos, provocando una risa en el pelinegro, haciendo que el ambiente sea mucho más cálido

—Pesao' —murmuró y prendío el calefactor que se encontraba a un lado de su cama, acostandose a su lado, y de inmediato el pequeño tiró otra almohada más en su cara— ¡para! —exclamó entre risas y la sacó de su cara dejandola a un lado, el chico estaba sentado con los pies encima de la gran cama, Luzu con una sonrisa en sus labios se acercó a Raúl, quedando arriba de él, mirándolo directamente a los ojos mientras parte de su cabello tapaba su vista, cosa que le hacía gracia al menor, se tomaron de las manos y finalmente Borja juntó sus labios con los del chico y lentamente movían sus labios al conjunto, siguiendose el ritmo mutuamente, cosa que Raúl aprendía cada vez más que besaba a su enamorado

Al separarse se miraron a los ojos, y Borja cayó a un lado del muchacho, puso sus manos bajo su nuca y miró el techo, oyendo la respiración tranquilizante de Raúl

ᵇᵒʸˢ ᵈᵒⁿ'ᵗ ᶜʳʸ ; ˡᵘᶻᵘᵖˡᵃʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora