Capítulo 7

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Debía escapar, y no estar aquí ordenado unos documentos. No cuando él está a centímetros mío. Eres tan estúpida Hermione, pero tan tonta. ¿cómo puedes ser así? Él puede quitarte a tu bebé, su bebé. No me importa si no soy su madre, no me importa si el es tu padre. No me importa nada de nada. Sólo me importa que tú eres mío y de nadie más bebé-acaricio su vientre sobre su ropa. Aún no se le notaba pero no faltaría mucho para eso.

-¡Granger!-le gritó Draco de pie al lado de su escritorio.

-¿Se habrá entrado? ¿Estará aquí por eso?-se preguntaba mientras lo miraba.

-Diablos, Granger, ¿qué sucede contigo? He estado llamadote por los documentos hace unos veinte minutos.

-Oh, era eso-murmuro levantándose de su asiento muy rápido, tan rápido que se mareo agarradose del escritorio.

-¿Te encuentras bien?-le preguntó el rubio sujetandola rápidamente de su muñeca.

-Sí, sólo fue un mareo, pero estoy bien.

-¿Has comido algo?

-No, no tuve tiempo tenía que...-pero no pudo terminar la oración. Malfoy la tomó del brazo y se la llevó casi a arrastras con él.

-¿Qué hace?-le preguntó.

-No puedo preocuparme por todo Granger.

-¿Preocuparse?

-Eres mi cerebro, digamos que mi mano derecha en mis asuntos y te necesito al cien por cien en el trabajo-dijo llevándola a su oficina. La soltó y fue a su escritorio presionó el boton del intercomunicador y dijo; Samanta puedes traer un desayuno para dos y quiero un café negro, pan francés, un té con leche, algo de fruta y unas donas glaciadas.

Si, señor Malfoy-contestó la voz tras el teléfono.

-Listo asunto solucionado-dijo él cortado la llamada.

-No es necesario, yo puedo-intento levantarse de su asiento.

-¡Quieta ahí Granger!-la detuvo. Te necesito despierta hoy. No quiero que te desmayes o algo así. Y tu amiga weasley  venga a gritarme otra vez diciendo que te sobre explotó.

-¿Ella te gritó?

-Gritarme es poco-la tomó de los brazos sentándola de nuevo en el sillón de su oficina. Unos golpes en la puerta los interrumpió.

-Adelante.

-El desayuno que pidió, señor Malfoy.

-Gracias, Samanta. Puedes retirarte-dijo él tomando el carrito.

-Sí señor.

Hermione sólo observaba a Malfoy, su mal carácter no era cómo el de antes. De hecho era más amanble.

-Anda come-le ofreció colocando la bandeja frente a ella. Él sólo tomó la taza de café y se sentó en su escritorio.

Ella miraba la comida con tanta hambre, hasta con deseo saboreandose los labios, lo cuál Draco sonrio al ver ese gesto.

-Provecho-dijo ella tomando un de las donas glaciadas del plato para darle una gran mordida. Mmmm-solto de golpe saboreandola con placer.

¿El bebé de quién?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora