Otra vez te sientes mal, Hermione. Deberías ir a un médico y que te revisen, no me gusta tu rostro.
-No te preocupes, Ginny sólo es un mal estar, nada de que preocuparse.
-Llevas dos semanas con ese mal estar y no creas que no me he dado cuenta de eso. Así que hoy mismo vamos al doctor para una revisión.
-Eres peor que mi madre, Ginny, ¿Te lo vi dicho?
-Cariño, soy hija de Molly Weasley es inevitable no ser así. Así que te veo en la salida.
-Tengo un informe que entregar. Ya sabes como se pone ese necio de Malfoy.
-Me importa un comino Malfoy. Te veo a las cuatro en la puerta o te iré a buscar de las greñas, Hermione Granger, ¿has entendido?
-Sí-asintió ella poniendo los ojos en blanco. Debo apurarme hoy es un día importante. Te veo en la tarde, Ginny.
-Ahí estaré-le sonrió la pelirroja desapareciendo por el pasillo.
Apurate Hermione o ese hurón se pondrá de malas. Maldita sea por que me toca ser su empleada, por Merlín. Si tal vez pago sus culpas y prestó servicio a la comunidad y todo quedó olvidado. Y ahora es un martil. Pero sigue siendo un imbécil egocéntrico, narcisista, ególatra y estúpido.
Granger a mi oficina, ahora mismo-gritó Draco Malfoy.
-Oh no. Esta de malas-murmuró ella caminando hacia la oficina con la cabeza baja.
Al entrar vio a su jefe mirando por la ventana de espalda. Debía admitir que se había vuelto todo un hombre con los años. Ya no tenía ese cuerpo flaco y débilucho. Ahora estaba todo armando, su espalda era como una muralla y esas pompis. Merlín que estas pensado, Hermione. Despierta y deja de soñar estúpida-se abofeteo a ella misma.
-Granger programaste la reuniones que te pedí-dijo él tomando asiento mientras miraba unas carpetas.
-Sí señor. Ya están todas programadas para hoy y mañana. Las más importantes serán después de las cuatro en delante.
-Bien. Prepárate para irnos no quiero retrasós.
-¿Es necesario acompañarlo?-preguntó ella.
-Sí. Eres la indicada y sabes tratar asuntos importantes. Además que conoces el mundo Muggle mejor que nadie.
-Oh...
-¿A caso hay algún problema?
-No señor.
-Bien. Te quiero aquí a las cuatro y traeme un café.
-Sí, señor.
¡Draco, cariño!-la puerta se abrió de golpe dejando ver a una mujer de curvas sexys, pechos prominentes y de una cabellera castaña larga y unos ojos que podría engatusar a cualquier hombre.
-Astoria que te he dicho de venir a mi oficina. Y más cuando estoy ocupado.
-No te enojes, amor. He venido a verte para llevarte a almorzar-dijo ella batiendo sus largas pestañas.
-No puedo. Tengo un asunto importante que atender.
-¿Más importante que yo? ¿Más importante que tu esposa?-volvió a preguntar Astoria.
-Sí-le contestó él.
-Eres malo bebé. Ya vamos a almorzar.
-Que no. ¿No tienes nada que hacer? No se ir de compras o irte con tus amigas a tomar el té-le pregunto su esposo mirando aún las carpetas.
-No. Cancele todo para estar contigo.
-Astoria vuelve a casa. No tengo tiempo para ti en éste momento.
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¿El bebé de quién?
ComédieA veces los misterios de la vida nos lleva a lugar que jamás hubieras imaginado, ni siquiera pensado estar y mirenme. Aquí estoy embarazada de nada más y nada menos que de Draco Malfoy, ¿Cómo pasó? no lo sé, lo único que se es que quiero este bebé.