Confusiones Reales (Temporada 2) (Yuri)

La Pelea

-Muy bien, Marceline. Peleemos.

Karoe y la vampira abandonaron su forma actual para convertirse en los demonios que en realidad eran.

Karoe por su parte, abandonó sus lacios y azules cabellos para convertirlos en una mata de cabellos rizados y negros. Sus finas facciones se convirtieron en las de un monstruo, y las pequeñas alas doradas que la sostenían hacía unos momentos, se convirtieron en unas alas grandísimas, negras y pesadas, terminadas en unas afiladas garras.

Marceline, al ver en lo que Karoe se había transformado, tomó una forma parecida a la de su padre la primera vez que visito Ooo. Enorme, tenebrosa.
Y mortal.

La vampira dio el primer paso y le asestó a su contrincante un golpe en una de las alas. La chica aulló de dolor, pero no perdió el tiempo y usó sus poderes para arrojar a Marceline al suelo.

Aprovechando esto, conjuró un hechizo en la palma de su mano, y la colocó justo en el pecho de Marceline, provocándole gran dolor.

Pero la vampira no se rendiría tan fácilmente.
Se levantó y con sus colmillos desgarró una parte de la piel de Karoe. Negra sangre brotó de la herida.

Así se pasaron tres días y tres noches, sin comer ni beber, pero al amanecer del cuarto día, Marceline cayó rendida.
Ya no podía más.

A pesar de ser mitad demonio, mitad vampiro, los poderes de un demonio "puro", y sobre todo, los poderes de Karoe, eran más capaces, y al final, fueron suficientes para terminar con la hija de Hudson Abader.

-¡Levántate, Marceline! ¿O es que ya no puedes? -le gritó la demonio-

-Marcie... Cariño... Ya no tienes que hacerlo. Está bien. Cuida a las niñas, quiérelas. Me quedaré aquí. Tú ya hiciste todo lo que podías. Ya no tienes que hacer nada más. Todo terminó, cariño.

-No... Bonnie -le dijo en un susurro mientras tosía sangre -No puedes quedarte... Aquí.

-Marcie... -le dijo mientras intentaba acercarse para consolarla, pero Karoe la interceptó-

-Ahora eres mía, Bonniebel. Sólo mía. Y no permitiré que te acerques a ella nunca más.

Dicho esto, jaló a la Princesa dentro de la cueva, dejando a Marceline en la entrada, sola y abatida;

Derrotada.