VI

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Eran las nueve de la mañana, y ambos Tomlinson se encontraban en la cama matrimonial donde solían dormir cada vez que viajaban a Doncaster. Estaban despiertos pero sin moverse aún, Matthew tenía la cabeza pegada al pecho de su papá que rodeaba su cuerpo con sus brazos llenos de tatuajes. El pequeño se mantenía en silencio, viendo como Louis leía un libro en busca de inspiración para escribir canciones. No se escuchaba un solo sonido en la habitación, salvo cada tanto que se sentía el lápiz del mayor escribiendo en una libreta. Se le hacía complicado porque tenía un brazo inmovilizado por su hijo, pero no era imposible, de hecho era una habilidad que había adquirido siendo casi que un padre soltero.

-Campeón, ¿no tienes hambre? -Preguntó Louis.

-No. Anoche comí mucho, sigo lleno. -Su padre giró la cabeza y lo miró con las cejas levantadas.

-Matt quizás no sientas hambre, pero eso no quiere decir que no necesites comer.

-Estoy cómodo aquí, no me quiero levantar. -Dijo pegándose mas al pecho del mayor. -Además tu tampoco desayunaste.

-Doris y Ernie despertarán pronto y desayunaras con ellos, ¿Estamos? -Lo señaló con el lápiz, intentando ser firme pero sin poder cumplirlo del todo porque su hijo estaba con el cabello despeinado y los ojos achinados y eso volvía loco de amor a Louis. -Y yo soy adulto, cuando eres grande puedes decidir a que hora desayunas.

-Está bien, pero es injusto que tu puedas desayunar a la hora que quieras y yo no. -Dijo volviendo a acomodarse para seguir durmiendo.

Hacía dos horas que Louis leía ese maldito libro sobre amor, sin embargo todo ese tiempo fue desperdiciado porque la lámpara en su cabeza no se prendía con nada. En realidad él ya tenía una idea para una nueva canción, pero le parecía demasiado personal como para vendérsela a cualquier cantante de por ahí. Amaría ponerla en el próximo álbum de Ed, porque es su mejor amigo, una persona en la que confía y no siente que está entregando parte de su vida a un desconocido.

Aunque la última canción empezó siendo algo personal y termino siento un hit mundial así que a la mierda la discreción.

Tenía en mente una canción lenta, quizás con un poco mas de movimiento al final.

Había estado rondando por su cabeza la imagen de él mismo a los dieciocho años. Vivía en un departamento pequeño y muy hogareño. Cuando se mudo ahí su madre lo ayudó a decorar junto a Harry, en ese momento eran una pareja bastante reciente pero ambos tenían el mismo plan: irse a vivir juntos apenas el rizado cumpliera la mayoría de edad. Sin embargo ni siquiera tuvo que esperar eso, porque a penas terminó la etapa de decoración su novio le comunicó que con dieciséis años su madre ya le permitía vivir junto a él.

Louis se vio a sí mismo en el pasado, y aún puede recordar el sentimiento que le produjo la noticia. Fue extraño para él verse en la actualidad, cuando se reencontró con Harry y no sintió todas esas cosas que antes le provocaba su sola presencia.

No habló lo suficiente con el Harry actual como para saber que clase de persona era ahora, así que solamente lo recordaba como la imagen que guardo en su retina antes de marcharse. Recuerda que haber vivido juntos fue una de las cosas mas agradables que sintió alguna vez en su vida. El olor a perfume de ropa, comida casera y shampoo para cabellos rizados llenaba el departamento de lunes a lunes. Ambos dejaban guitarras y telas por cualquier lado, ni hablar de libretas llenas de garabatos con talles o versos. En el pasillo se encontraban fotos familiares: Louis con los Styles y Harry con los Tomlinson, así como una foto que sacaron ambas familias en la primera navidad juntos. El televisor quedaba siempre en el canal donde veían películas los domingos por la tarde, y las cosas de higiene se mezclaban perfectamente en ínfimo baño. Era todo tan hogareño y reconfortante que a Louis le parecía una fantasía.

two too young ghosts [Larry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora