XXV - FINAL

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Casi un mes después, el cambio resultó ser abismal, agobiante, agotador y hermoso.

Las primera tres semanas bastaron para que ambos tomarán una gran carga de conciencia sobre sus trabajos. Resulta ser que Harry ganaba dinero significativamente cada trimestre, cuando las estaciones cambiaban y las nuevas colecciones esperando ser desfiladas en las pasarelas le pisaban los talones. Luego del gran show, lo esperaba una debida y muy justa entrega del dinero correspondiente en su cuenta bancaria y una semana de vacaciones para aclarar su mente para la próxima temporada. Amaba ese ritmo de trabajo, pero a penas le permitía tener tiempo libre para disfrutar con su familia.

En cambio, Louis ganaba dinero de forma relativamente más rápida, siendo que almacena miles de canciones para sí mismo que en su momento escribió y solamente necesitan algunas remasterizaciones, así que la mayoría de las veces que tiene que cumplir plazos de entregas para melodías y letras no tiene mucho de qué preocuparse. Él solo entrega la letra, algunas anotaciones, una idea concreta del tema y listo, el dinero cae a su cuenta y como mucho se incrementa si la popularidad del demo asciende significativamente. Aún así, era un perfeccionista en exceso con las melodías y los tonos de los cantantes, razón por la cual más de una vez a la semana hacía sus arreglos vocales por computadora incluso cuando no era parte de su trabajo, cosa que le tomaba realmente mucho tiempo.

Todo esto era totalmente insalubre para ambos; el hecho de que si Harry está en la casa de Louis se atrasa con su trabajo y viceversa. Eso, más la movida en conjunto de los niños implica también tiempo extra, además tienen peces y perros que no se alimentan ni se bañan solos.

Y ninguno vive por amor al arte, la costura y los hijos, pero siendo que necesitan cuidar su reciente nido de amor ensamblado entonces decidieron hacer algunos recortes laborales: Harry se dividiría la pasarela con otro diseñador y Louis dejaría algunos proyectos no obligatorios que no eran parte de su trabajo.

Bien, ese fue el primer tema resuelto entre ellos. No era conveniente mudarse juntos aún, pero tampoco querían limitarse a verse solo los fines de semana, y no querían dejar de lado por completo sus trabajos con horarios flexibles y a distancia. El paso número uno había sido un gran avance para ellos, indiscutiblemente.

Entonces, se puede decir que se encuentran en un equilibrio en la toma de desiciones. Inclusive acordaron una nueva rutina que los satisfacía a todos: de lunes a viernes Louis está con los niños desde que los busca en el colegio hasta un par de horas después del almuerzo, cuando Harry llega a cuidarlos al departamento mientras Louis retoma su trabajo. Los fines de semana ambos se relajan en la casa de Harry. O al menos eso intentan con tres niños y cuatro animales.

En fin, el último mes parecía ser lo necesariamente organizado para todos. Louis no perdió de vista ni un solo día este hecho. Resulta que luego de batallar cada día incansablemente por las últimas dos semanas, logró convencer a Harry de sellar su nueva vida juntos en Los Ángeles.

En realidad, Louis no quería obligar a su novio a viajar con él y Matthew al inicio de la NASCAR siendo que a este no le interesaba, pero recientemente vio a su propio hijo explicando a Claire y Joshua como funcionaban las carreras. Al ver lo emocionados que estaban los tres, decidió insistir.

La decisión quedaba en Harry, quien honestamente no estaba tan convencido de ir al principio. Primero porque no se sentía muy entusiasmado en preparar todas las maletas para un nuevo viaje luego de la reciente escapada a la boda, pero también porque varias contradicciones rondaban por su cabeza desde que Louis se lo mencionó. Debía destacar que luego del inicio de la carrera le tocaría una semana con Elizabeth, lo que incluye pedir cinco días de vacaciones y cinco faltas al colegio de sus hijos.

Sin embargo, hubo un suceso que cambió su perspectiva.

Una mañana de un día laboral Harry despertó más temprano que de costumbre, y al ver que no podía volver a dormir fácilmente decidió que preparar un desayuno elaborado para sus hijos antes de ir al colegio era la mejor forma de gastar su energía por el momento. Más despabilado de lo que le gustaría fue hasta la cocina, frenando en la habitación de sus hijos al oír voces.

two too young ghosts [Larry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora