XX

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Harry aún no podía creer la situación en la que se encontraba.

Él yacía entre los brazos de Louis que lo rodeaban por la cintura, y miraba hacia el cielo, -esperando los fuegos artificiales que lanzarán por el cierre del concierto- apoyando su cabeza llena de rizos en el hombro de Louis. Estaba de espaldas a él, pero podía sentir su sonrisa y los músculos de su cara moverse debido a sus mejillas pegadas.

Harry quiso buscar otra vez la boca de Louis, porque era adictiva y había que matar el tiempo hasta que la pirotecnia alumbrara todo el lugar. Al darse vuelta, vio cómo la sonrisa de Louis desapareció y el radical cambio que tuvo su rostro al adquirir un semblante serio. Tan rápido como el cambio de expresión, soltó su cintura corriéndose para atrás tan solo un paso, pero que se sentía como un kilómetro para Harry luego de estar como dos chicles toda la noche.

-Deberíamos buscar a los niños, no creo que se quieran perder esto. Tú quédate aquí para no perder el lugar.

Harry se quedó en su sitio, sintiendo el frío de diciembre siendo completamente cruel ahora que Louis no está para darle calor corporal.

Dentro del palco, Mark estaba sosteniendo a su nieto que se acomodó sobre él como un koala, viendo el revoloteo de gente acomodando el cierre del concierto a través del vidrio. Louis apareció a su lado, acariciando sus cabellos rubios pegados al saco de su abuelo.

-¿Te estas divirtiendo, campeón? Quiero llevarte a ver los fuegos artificiales, hasta tengo tus tapones para los oídos si sientes que es mucho ruido para ti.

Louis le sonríe, acercándose lo suficiente para rozar sus narices al ver lo cansado y necesitado de mimos que está su hijo. Lamentablemente para él, Matthew le corre la cara y queda mirando al cuello algo arrugado de Mark. Ante la reacción sorpresa del pequeño, Louis busca los ojos de su propio padre en un intento de averiguar la incógnita que le surgió.

-Está enojado porque tú estuviste con Harry todo el tiempo. -Susurró, sabiendo que su nieto lo escuchaba y conociendo su voluntad de decirle a Louis lo que le molestaba.

El adulto mas joven rodó los ojos dudando de la reacción de su hijo ante su molestia. Aún así, la solución mágica eran muchos mimos y un par de días de exclusividad padre e hijo. Louis podía reconocer las emociones de su Matthew así como se reconoce a si mismo en el espejo todas las mañanas, y tenía la leve (gran) sospecha de que todo esto era por unos celos incalculables hacia Harry, y el hecho de que ahora su atención estaba en alguien más que no era de su familia o su mismo hijo.

-Matty, ven aquí, cariño. -Dijo, sujetando a Matthew por debajo de los brazos y percatándose de la facilidad con la que este pasaba de un cuerpo al otro sin ningún rechazo. Hasta parecía un muñeco de trapo. Al final, él solo quiere estar lo mas cerca posible de papá.

Una vez en sus brazos, Louis le indicó a su padre que podía irse y descansar un poco de Matthew porque ahora lo cuidaba él.

Así que entre caricias en los cabellos rubios que poseía y una mano tatuada dándole calor sobre su espalda, Louis habló al oído de su hijo.

-Matt, por un lado tú estabas con tus amigos y yo no podía estar ahí. Los niños hacen cosas de niños y los adultos hacemos cosas de adultos. Por el otro lado, que yo pase tiempo con Harry no significa que no tendré tiempo para ti. Sigues siendo mi campeón, hijo.

El rostro del rubio se separa de la tela del saco de su padre, y lo mira a los ojos indignado.

-Pero tú te fuiste con él, ¡Y yo también quería pasar el concierto abrazado a ti! -Se quejó, abriendo los brazos, frunciendo su ceño y haciendo una extraña mueca con su boca.

two too young ghosts [Larry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora