Capítulo 11: Jugar sucio no te angustia ¿eh?

49 2 0
                                    


Un pequeño rio de sangre nasal estaba corriendo en la residencia de la casa del jefe del pueblo.

Hai Yun Fan estaba paralizado, y le dijo a Wang Lu: —...Hermano Wang... ¿podrías explicar que rayos acaba de pasar?

Intentando comprender lo que había pasado, Hai Yun Fan pensó diez o más posibilidades sobre lo que había ocurrido, pero el shock solo lo hacía incapaz de comprender la situación.

Pero Wang Lu simplemente estaba ahí buscando un trapeador, y limpió a los tres pedazos de basura del suelo mientras explicaba: —¿Qué pasó? ¿no fue obvio? El experto escondido que vive en Taoyuan vino y derrotó los malvados planes de este grupo y protegió la paz del pueblo.

—¿El experto escondido? ¿conocías a esa persona?

—Probablemente se llama Lei Feng

—...

—Bromeo. Siendo honesto, no lo conocía, no había necesidad de que lo conozca.

Hai Yun Fan se quedó en silencio por unos momentos, y luego, habló: —¿Acaso ya conocías el resultado?

—Solo hace unas horas, el jefe del pueblo me dijo que no hay conflictos físicos en el pueblo, así que deduje que esta es una zona de no-PvP.

Él hablaba de una zona "no-PvP" refiriéndose a una zona donde no había peleas. Normalmente, aquellas escuelas de tercer o cuarto grado en el imperio de Yuntai habían tenido incontables batallas muy sangrientas durante sus Encuentros Celestiales de forma que determinaban cuales eran los discípulos más talentosos y demostraban quienes eran los más fuertes.

Sin embargo, los eventos en el Encuentro Celestial de la escuela Lingjian eran desconocidos para los de afuera. Si no fuera porque la escuela de Lingjian era una de las cinco grandes escuelas, Hai Yun Fan estaría sospechoso si ellos estaban buscando discípulos o si solo estaban jugando.

—¿Podría ser que la escuela de Lingjian es tan correcta y amable como los rumores dicen?

—¿Correcta y amable? mira toda esta sangre que estoy limpiando. ¿Llamas a esto correcto y amable?

Viendo a los tres jóvenes en estado inconsciente en un charco de sangre en el suelo, Hai Yun Fan calló.

Wang Lu continuó explicando: —las reglas en la escuela de Lingjian son simples: Todos los tontos merecen morir.

—Uh, ¿Dónde estoy?

Sintiendo un viento frio en su nuca, el joven señor de la familia Xie del pabellón de Yuting había despertado. Sentía como su cabeza estaba por explotar de dolor, y su nariz parecía rota. Estaba adolorido y no tenía bien la visión. Él pensaba que podía ver algo gordo sentado justo delante de él, pasándole agua.

—¿Quién eres?

—¿Ah? ¿Yo? Soy Wen Bao. El hijo del primer ministro del reino de Canglan, Wen Zhong.

Incluso aunque la voz que escuchaba sonaba algo asustada, esta mostraba un claro orgullo en el legado de su familia.

Xie Qian Long escuchaba algo absurdo: «¿De qué mierda está orgulloso este gordo? ¿Quién se cree que es? viniendo de un país tercermundista. ¿No sabe que incluso el segundo príncipe del imperio de Yuntai nos trata como su superior? Y, aun así, ¿¡Muestra orgullo por su familia!?»

Más pensaba, más se enojaba, y esto se sumaba a la humillación que había recibido por parte de Wang Lu, él buscaba en su bolsillo el tesoro mágico que había recibido de su familia.

Pero Wen Bao no sabía que podía estar en peligro. Él le pasaba agua a Xie Qian Long y a sus dos compañeros mientras hablaba tan alegremente.

—Entonces, yo salí de esa zona nubosa y los vi a ustedes tres inconscientes al lado del rio. ¿La siguiente fase es tan difícil? Si trabajamos los cuatro juntos, tal vez podamos hacer esta prueba más fácil para todos nosotros. Yo pensé que, si hubiera estado en un grupo en ese lugar nuboso, tal vez hubiéramos caminado más rápido.

Había una vez, la montaña de LingjianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora